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Ciudadanos:
En su reunión del 22 de marzo, el Consejo General declaró por voto unánime que el programa y los Estatutos de ustedes están de acuerdo con los Estatutos generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores. El Consejo General se apresuró a admitir la sección de ustedes en el seno de la Internacional. Yo acepto con satisfacción el deber honorífico que ustedes me proponen: el de ser su representante en el Consejo General.
En su programa, ustedes dicen:
«... que el yugo imperial que oprime a Polonia es un freno para la libertad política, al igual que social, de ambos pueblos: el ruso y el polaco».
Ustedes podrían añadir que la ocupación violenta de Polonia por Rusia es un puntal pernicioso y auténtica causa de la existencia del régimen militar en Alemania y, por tanto, en todo el continente. Por eso, al trabajar para romper las cadenas de Polonia, los socialistas rusos se plantean la generosa meta de destruir el régimen militar, condición esencialmente necesaria para la liberación general del proletariado europeo.
Hace unos cuantos meses me mandaron desde Petersburgo la obra de Flerovski La situación de la clase obrera de Rusia. Es una verdadera revelación para Europa. El optimismo ruso, propagado
en el continente incluso por los llamados revolucionarios, se denuncia implacablemente en esa obra. Su mérito no mermará si digo que, en ciertos lugares, no satisface enteramente la crítica desde el punto de vista puramente teórico. Es un escrito de un observador serio, de un trabajador intrépido, de un crítico imparcial, de un artista vigoroso y, ante todo, de un hombre indignado con la tiranía en todos sus aspectos, de un hombre que no tolera los himnos nacionales y que comparte apasionadamente todos los sufrimientos y las aspiraciones de la clase productora.
Obras como la de Flerovski y la de Cheroyshevski, su maestro de ustedes, hacen verdaderamente honor a Rusia y prueban que su país comienza también a participar en el movimiento general de nuestro siglo.
Salud y fraternidad.
Carlos Marx
Londres, 24 de marzo de 1870
[1] La Sección rusa de la I Internacional fue fundada en la primavera de 1870, en Suiza, por un grupo de emigrados políticos rusos, procedentes de la juventud democrática del estado llano, educados en las ideas de los grandes demócratas revolucionarios Chernyshevski y Dobroliúbov. A. Serno-Soloviévich, miembro de la Internacional, desempeñó un gran papel en la preparación de la fundación de dicha sección. El 12 de marzo de 1870, el Comité de la sección envió al Consejo General su programa, Estatutos y una carta a Marx pidiéndole que aceptase ser su representante en el Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores. El programa de la Sección rusa definía de la siguiente manera las tareas que se le planteaban: «1. Propagar en Rusia por todos los medios racionales posibles... las ideas y los principios de la Asociación Internacional. 2. Contribuir a la formación de secciones internacionales entre las masas obreras rusas. 3. Ayudar al establecimiento de firmes lazos de solidaridad entre las clases trabajadoras de Rusia y las de la Europa Occidental y contribuir mediante la ayuda mutua, al logro de la meta común de la emancipación» (Naródnoe Delo, núm. 1, 15 de abril de 1870).
En la reunión del Consejo General del 22 de marzo de 1870, la Sección rusa fue admitida en la Internacional, y Marx asumió el deber de representarla en el Consejo General. Los miembros de la Sección rusa N. Utin, A. Trúsov, E. Barténeva, G. Barténev, E. Dmítrieva y A. Korvin-Krukóvskaya tomaron parte activa en el movimiento obrero suizo e internacional. La sección hizo intentos de establecer contactos con el movimiento revolucionario en Rusia. Dejó de existir en 1872.- 182
Escrito: por C. Marx.
Publicado por vez primera: En el núm. 1 del periódico Naródnoe Delo, del 15 de abril de 1870.
Versión al castellano: Instituto del Marxismo-Leninismo & Editorial Progreso, Moscú.
Traducido del ruso.
Digitalización:
Ediciones Bandera Roja.
Fuente: C. Marx & F. Engels, Obras Escogidas (en tres tomos), tomo II, Editorial Progreso, Moscú.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2002.