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Escrita: Después del 7 (19)
de
noviembre de 1895.
Primera publicación: Impreso en mimeógrafo
como volante. Luego aparecio en la recopilación
Rabótnik núm. 1-2, 1896,
Fuente del texto: V. I. Lenin, Obras completas,
Editorial Akal, Tomo 2,
paginas 76 y ss.
Preparado para el MIA:
Rodrigo Cisterna, marzo-mayo 2014.
¡Obreros y obreras de la fábrica Thornton!
Los días 6 y 7 de noviembre deben ser memorables para todos nosotros ... Por su respuesta unánime a la opresión patronal los tejedores han demostrado que en los momentos difíciles aún hay entre nosotros gente que sabe defender los intereses que nos son comunes a todos los obreros, que nuestros virtuosos patronos todavía no han logrado convertirnos en miserables esclavos de su bolsa sin fondo. Continuemos, pues, camaradas, nuestra línea hasta el fin, firmemente y sin vacilaciones, recordemos que sólo con nuestros esfuerzos mancomunados podremos mejorar nuestra situación. Ante todo, camaradas, es preciso no caer en la trampa que con tanta habilidad nos han tendido estos señores Thornton. Ellos razonan de esta manera: "En este momento se ha paralizado la venta de mercancías, de manera que si continúa el trabajo en la fábrica en las mismas condiciones de antes, no nos será posible obtener las mismas ganancias [...]. Y con menos no podemos conformarnos [...]. Por consiguiente, habrá que exprimir más a nuestros obreros; que ellos se deslomen para pagar los platos rotos, si los precios en el mercado son bajos [...]. Sólo que este asunto no hay que presentarlo de cualquier manera, sino con inteligencia, para que los obreros, en su simpleza, no se den cuenta del plato que les estamos preparando [...]. Si les toca a todos de golpe, se alzarán todos juntos y nada conseguiremos; pero si primero engatusamos a estos pobres diablos de tejedores, los demás no escaparán [...]. No es costumbre nuestra tener escrúpulos con esa gentuza, y, después de todo, ¿para qué? ¡Escoba nueva barre bien!..." Y así, los patronos, tan preocupados por el bienestar de los obreros, despacito y en forma sigilosa, quieren preparar para los obreros de todas las secciones de la fábrica la misma suerte que ya han deparado a los tejedores ... Por eso, si permanecemos indiferentes ante la suerte de la sección tejeduría, cavaremos con nuestras propias manos la fosa en la que bien pronto nos arrojarán también a nosotros. En estos últimos tiempos los tejedores ganaban, término medio, alrededor de 3 rublos 50 kopeks por quincena, y durante todo ese tiempo tuvieron que ingeniárselas para vivir con 5 rublos cuando la familia era de siete personas, y con 2 cuando estaba compuesta del marido, la esposa y un hijo. Se han ido desprendiendo poco menos que del último trapo, se han comido hasta el último kopek que habían ganado mediante un trabajo infernal, mientras sus benefactores, los Thornton, amontonaban más millones sobre los millones que ya tenían. Pero por si esto fuera poco, al tiempo que ante sus ojos se arrojaba a la calle a un númerh cada vez mayor de nuevas víctimas de la avaricia patronal, la expoliación crecía, tornándose más cruel e implacable... Con la lana se comenzó a mezclar, sin explicación alguna, nolles y knops [**] , lo cual hizo que la elaboración de la mercadería fuera terriblemente lenta. Demoraron, como por casualidad, la entrega de la urdimbre, y por último comenzaron directamente a reducir las horas de trabajo; ahora han decidido hacer piezas de cinco shmits [***] en lugar de nueve, a fin de que el tejedor pierda más tiempo al tener que enhebrar y ajustar con más frecuencia los hilos, por lo cual, como se sabe, no pagan un centavo. Quieren doblegar por hambre a nuestros tejedores, y el salario de 1 rublo con 62 kopeks por quincena, que ya figura en las libretas de trabajo de algunos tejedores, puede llegar a ser, dentro de muy poco tiempo, el salario general para toda la sección tejeduría... Camaradas, ¿quieren ustedes llegar también a ser objeto de una solicitud semejante por parte de los patronos? Si no es así, si no se les ha endurecido del todo el corazón ante los sufrimientos de sus semejantes, tan desdichados como ustedes, únanse en torno de nuestros tejedores; planteemos nuestras reivindicaciones comunes y aprovechemos cada oportunidad que se nos presente para arrancar a nuestros opresores mejores condiciones.
Obreros de la sección hilandería, no se dejen seducir por la estabilidad o por algún aumento de salarios... Casi las dos terceras partes de ustedes ya han sido despedidos de la fábrica, y el mejoramiento de sus salarios se ha logrado al precio del hambre de sus camaradas hilanderos arrojados a la calle. Esta es otra hábil trampa de los patronos, maniobra fácil de comprender con sólo calcular lo que producía antes toda la sección devanado y lo que produce ahora. ¡Obreros de la nueva tintorería! ¡Ya en la actualidad, por una jornada de trabajo de 14 horas y cuarto, impregnados de pies a cabeza con los vapores malsanos de las tinturas, ganan ustedes sólo 12 rublos por mes! Presten atención a nuestras reivindicaciones: queremos poner término a los descuentos ilegales que se les hacen por culpa de la ineptitud de su capataz. Peones y, en general, obreros no calificados de la fábrica: ¿confían acaso en poder mantener su jornal de 60 a 80 kopeks, cuando un tejedor especializado tendrá que conformarse con 20 kopeks por jornada? ¡Camaradas!, no hay que ser ciegos, no hay que dejarse atrapar por la maniobra patronal, sepamos defendernos más firmemente los unos a los otros; de lo contrario todos lo pasaremos muy mal este invierno. Debemos todos vigilar con la mayor atención las maniobras de nuestros patronos en lo que respecta a la rebaja de las escalas de pagos, y resistir con todas nuestras fuerzas estas tentativas tan nefastas para nosotros... Hagamos oídos sordos a todos sus pretextos acerca de que los negocios marchan mal: para ellos, eso sólo significa una menor ganancia sobre su capital; para nosotros, en cambio, significa el hambre y el sufrimiento para nuestras familias, significa privarnos del último pedazo de pan duro. ¿Y acaso se puede poner lo uno y lo otro en la misma balanza? Ahora presionan, en primer término, sobre los tejedores y por lo tanto debemos tratar de obtener:
1) el aumento de las escalas de pagos de los tejedores hasta el nivel que tenían en la primavera, o sea, aproximadamente, 6 kopeks por shmit;
2) que se cumpla, también para los tejedores, la ley que establece que al entrar a trabajar se le debe comunicar al obrero qué salario ganará. Que la escala de pagos, avalada por la firma del inspector de fábrica, no quede sólo en el papel, sino que se lleve a la práctica de conformidad con la ley. Para el trabajo de los tejedores, por ejemplo, se deben agregar, a las tarifas establecidas, indicaciones sobre la calidad de la lana, la cantidad de nolles y de knops que contenga, teniendo en cuenta el tiempo que se invierte en el trabajo preparatorio;
3) el horario de trabajo debe ser distribuido de suerte que por nuestra parte no haya pérdidas involuntarias de tiempo; ahora, por ejemplo, las cosas están dispuestas de manera tal, que el tejedor pierde toda una jornada en preparar la urdimbre para cada pieza, y como ésta ha sido reducida casi a la mitad, el tejedor, sea cual fuere la escala de pagos sufrirá una pérdida doble. Por este medio, los patronos quieren robarnos el salario: pues entonces que lo hagan abiertamente, para que sepamos bien qué se nos quiere robar;
4) el inspector fabril debe vigilar para que no haya engaños con las escalas de pagos establecidas, ni existan dos categorías para una misma calidad. Esto quiere decir, por ejemplo, que para una misma clase de mercadería, pero con diferente nombre, no deben figurar dos escalas de pagos distintas en la tabla. Por ejemplo, el paño bíber lo hemos tejido a razón de 4 rublos con 32 kopeks, y el paño ural [****] por nada más que 4 rublos con 14 kopeks.
¿Pero el trabajo no es el mismo en los dos casos? El robo es más descarado aun cuando se fijan dos escalas de pago diferentes por un artículo de igual denominación. De esta manera, los señores Thornton han eludido las leyes referentes a las multas, que establecen que éstas sólo pueden ser impuestas cuando el deterioro de una mercadería se debe a la negligencia del obrero, y que en esos casos el descuento debe anotarse en la libreta de trabajo, en el rubro correspondiente a multas, a más tardar tres días después de la fecha de su imposición. Todas las multas deben contabilizarse estrictamente, y el importe total no puede ir a parar al bolsillo del fabricante; debe destinarse a cubrir las necesidades de los obreros de la fábrica. ¿Y qué sucede en la nuestra? Miren nuestras libretas: están en blanco, no figura en ellas una sola multa; podría pensarse que no hay patronos mejores que los nuestros. En realidad, lo que pasa es que, gracias a nuestro desconocimiento, eluden las leyes, y les resulta fácil arreglar sus asuntitos... A nosotros no se nos multa, ¡no!, se nos descuenta, pues se nos paga de acuerdo con una escala de pago menor. Mientras existan dos escalas de pago-una menor y otra mayor-no habrá lugar a reclamos, y ellos seguirán descontando para su bolsillo;
5) junto con la fijación de una escala de pago única, hay que exigir que cada descuento sea incluido en el rubro multas, con la indicación de por qué es aplicado.
Entonces nos será más fácil ver cuándo las multas son injustas, trabajaremos menos tiempo gratuitamente y disminuirá el número de arbitrariedades como las que se cometen en la actualidad, por ejemplo en tintorería, donde los obreros ganaron menos por culpa de un capataz inepto, lo que, por ley, no puede ser causa para no pagar el trabajo, ya que en ese caso no existe negligencia alguna por parte del obrero. ¿Y son acaso pocos los descuentos que se nos hacen sin que hayamos dado motivo para ello?;
6) exigimos que por la vivienda se nos cobre el mismo alquiler que hasta 1891, o sea, un rublo mensual por persona, puesto que, con los salarios que tenemos, pagar dos rublos es materialmente imposible, y además, ¿por qué?... ¿Por esa pocilga inmunda, maloliente, estrecha y peligrosamente expuesta a incendios? No olviden, camaradas, que en todo Petersburgo se considera suficiente el pago de un rublo por mes, que sólo nuestros beneméritos patronos no se conforman con ello, y que también en este punto debemos obligarlos a reducir su codicia. Asumir la defensa de estas reivindicaciones, camaradas, no es amotinarse. Sólo reclamamos que se nos dé lo que ya tienen por ley todos los obreros de las demás fábricas, lo que nos han quitado aprovechándose de nuestra incapacidad para defender nuestros propios derechos. Demostremos pues, esta vez, que nuestros " bienhechores" se han equivocado. ●
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[*] A los obreros y obreras de la fábrica Thornton: volante escrito por Lenin después del 7 (19) de noviembre de 1895 con motivo de la huelga de 500 tejedores que se declaró en la empresa el 6 (18) de ese mes a raíz de la insoportable situación en que se hallaban los obreros y de las permanentes vejaciones a que los sometía la administración. La "Unión de lucha por la emancipación de la clase obrera" que dirigía la huelga, publicó antes de iniciarse la misma un volante-que no se conservó- escrito por G. Krzhizhanovski en el que se exponían las reivindicaciones de los tejedores.
El volante de Lenin se publicó varios días después de la huelga, y los datos sobre la vida de los obreros fueron recogidos por el propio autor. Se imprimió en mimeógrafo y posteriormente, en la primavera de 1896, fue incluido en la recopilación Rabótnik, núm. 1-2. 74.
[**] Fibras cortas que resultan del tratamiento de la lana en la máquina de cardar; son menos apropiadas para el hilado que la lana.
[***] Shmíts, medida de longitud equivalente a 5 arshinas (cerca de 3,5 metros); se empleaba para fijar las tarifas de los tejedores. (Ed,)
[****] Bíber y Urdí, denominación de ciertos tipos de paño. (Ed.)