Una de las tareas fundamentales del socialismo es la de liberar a la
humanidad del militarismo y la barbarie de los choques sangrientos entre
los pueblos. La finalidad del socialismo es el desarme general, la paz
perpetua y la cooperación fraternal de todos los pueblos que habitan
la tierra.
Ese fin será alcanzado cuando en todos los países capitalistas
poderosos el poder pase a manos de la clase obrera, que arrancará
a los explotadores los medios de producción para convertirlos en
usufructo general de todos los trabajadores y establecerá el régimen
comunista como fundamento inquebrantable de la solidaridad de toda la humanidad.
En los actuales momentos solamente en Rusia el poder del estado pertenece
a la clase obrera. En todos los otros países la burguesía
imperialista está en el poder. Su política tiende a ahogar
la revolución comunista y a someter a todos los pueblos débiles.
Rodeada por todos lados de enemigos, la República Soviética
Rusa debe crear un ejército poderoso bajo cuya protección
se cumplan las reformas comunistas del orden social del país.
El gobierno obrero y campesino de la república se fija como
tarea inmediata someter a todos los ciudadanos a la obligación del
trabajo y del servicio militar obligatorio. Esta tarea choca con la resistencia
obstinada de la burguesía, que no quiere renunciar a sus privilegios
económicos e intenta por medio de complots, insurrecciones y pérfidos
tratos con los imperialistas extranjeros volver a tomar el poder.
Armar a la burguesía significaría introducir en el seno
del ejército una guerra intestina permanente y paralizar, de ese
modo, su fuerza de combate contra los enemigos exteriores. Los elementos
parásitos y explotadores de la sociedad, que no quieren aceptar
para sí deberes y derechos iguales a los demás, no pueden
ser autorizados a portar armas. El gobierno obrero y campesino hallará,
de una u otra manera, el medio de hacer cargar a la burguesía con
parte del peso de la defensa de la República, a la que los crímenes
de las clases poseedoras han puesto a dura prueba y han lanzado a la miseria.
Pero la instrucción militar y el armamento del pueblo, durante el
período de transición inmediato, se otorgará solo
a los trabajadores y campesinos que no exploten trabajo ajeno.
Los ciudadanos de 18 a 40 años que hayan cumplido con el servicio
militar obligatorio estarán empadronados y sometidos a obligaciones
militares. Tendrán que tomar las armas al primer llamado del gobierno
obrero y campesino y completar los cuadros del Ejército Rojo, compuesto
por los combatientes más devotos y abnegados, por la libertad y
la independencia de la República Soviética de Rusia y por
la revolución socialista internacional.
1. Los ciudadanos de la República Soviética Federativa
de Rusia estarán sujetos al servicio militar obligatorio, a la edad:
1. escolar, a partir de una clase fijada por el Comisariato del Pueblo
para la Instrucción Pública; 2. preparatoria, de 16 a 18
años; 3. de llamado a bandera, de los 1 a los 40 años.
Las ciudadanas, si lo desean, recibirán instrucción a
igual titulo que los varones.
NOTA: Los varones cuyas convicciones religiosas no les permita el uso
de las armas son convocados, para recibir instrucción solo en las
funciones que no necesiten el empleo de aquéllas.
2. El Comisariato del Pueblo para la Guerra es el encargado de la instrucción
de la clase preparatoria y de llamado a bandera; el Comisariato del Pueblo
para la Instrucción es el encargado de las clases escolares con
la participación estrecha del Comisariato del Pueblo para la Guerra.
3. Son convocados para instrucción militar los obreros que trabajan
en las fábricas, talleres, explotaciones agrícolas, y en
el campo, y los campesinos que no explotan trabajo ajeno.
4. Los comisariatos militares (de las regiones, provincias, distritos
y cantones) deben dirigir en el lugar la organización de la instrucción
militar obligatoria.
5. Los instructores no reciben ninguna remuneración por el tiempo
consagrado a la instrucción; ésta debe ser organizada de
modo de no separar, en lo posible, de su trabajo habitual permanente a
quienes son llamados a seguir un período de instrucción.
6. La instrucción debe efectuarse sin interrupción alguna
durante 8 semanas, por lo menos 12 horas por semana. Un reglamento especial
fijará el tiempo de instrucción respecto de las categorías
de armamentos especiales y el orden de las convocatorias reiteradas.
7. Quienes con anterioridad hayan cumplido sus servicios en las filas
de ejércitos regulares pueden quedar dispensados de la instrucción,
después de haber pasado una prueba; posteriormente se les deberá
entregar el correspondiente comprobante como a los que han seguido el curso
de instrucción obligatoria.
8. La instrucción debe ser impartida por instructores preparados
de acuerdo con los programas ratificados por el Comisariato del Pueblo
para la Guerra.
9. Aquellos que se sustraigan a la instrucción obligatoria y
no cumplan cuidadosamente con sus obligaciones podrán ser enjuiciados.