Cherukuri Rajkumar "Azad"

 

¡La democracia parlamentaria es una ilusion para las masas! ¡La revolucion es su realidad!

 


Fecha: 12 de marzo de 2009.
Traducción al castellano: Colectivo Odio de Clase, 2011.
Fuente del texto: Blog Revolución en la India, del Colectivo Odio de Clase.


 

Una vez más se ha puesto en marcha el gran fraude indio: el espectáculo de la farsa de las elecciones parlamentarias. Incluso los apologistas de la democracia parlamentaria en la India se han apresurado a considerarlas como el proceso electoral más fragmentado que jamás se haya disputado. Con ello hacen creer al mundo en la llamada “mayor democracia”, incluso a aquellos que aseguran que, en general, el sistema no está preparado para decir quiénes son sus amigos y quiénes sus enemigos en esta charada de la representación. Y esta perspicacia sobre la complicada situación venidera, o complicada situación para la perspicacia de la democracia parlamentaria en la India del siglo XXI, la ha resumido mejor que nadie nada menos que Lalu Prasad –uno de los candidatos a Primer Ministro-: cuando irónicamente observa que “si todos nosotros queremos ganar, ¿por qué contender por separado?” Si en el escenario preelectoral el tema principal es la perspicacia de Lalu para evitar las contiendas a varias bandas y en consecuencia la fragmentación del voto, el circo de juego de sillas que sigue al escenario postelectoral es tan fluido como las insaciables necesidades de un borracho empedernido escaso de dinero. Cualquiera que obtenga más de treinta escaños en las próximas elecciones a la Lok Sabha [“Casa del Pueblo”, en hindi: Cámara Baja del Parlamento indio] será un serio aspirante al puesto de Primer Ministro en el mundo a cara de perro de la política parlamentaria.

Plenamente conscientes de la completa pérdida de prestigio de un proceso que apenas ha despertado la confianza del ciudadano medio de la “república”, todos los grupos parlamentarios desde el Partido del Congreso, al BJP [Bharatiya Janata Party (Partido Popular Indio), en hindi] y los “marxistas” parlamentarios insisten en la necesidad de que todos los ciudadanos emitan su voto sin el cual dichos partidos están condenados. Los medios de comunicación, tanto electrónicos como impresos, están repletos de la más variada publicidad recordando a cada votante la necesidad de que utilice un arma inexistente: su voto. Los gobiernos estatales y de la Unión, los políticos y los ricachones gastan decenas y decenas de millones en infundir una sensación de urgencia e incumbencia en cada votante, como si su “derecho” al voto fuera a reflotar este barco zozobrante: la república india. Sesenta años después de la transferencia de poder de los británicos a sus serviles colegas del subcontinente, a las clases dirigentes de la burguesía compradora india les resulta inevitable invocar cierta legitimidad entre las masas, cada cinco años, tras la cortina de humo de las elecciones, para ejercer su derecho al saqueo y al expolio.

Las elecciones o la política del charcha, parcha y kharcha [discusión, publicidad y dinero, en hindi]

La estimación oficial de lo que se gastará en las actuales elecciones es la gigantesca cifra de 100.000 millones de rupias. Esta cantidad no incluye la publicidad pagada por varios partidos gobernantes con el dinero del pueblo. Un simple vistazo a las elecciones recientemente celebradas a la asamblea de Cachemira muestra la enorme cantidad de dinero que, ilegalmente, desvía el Estado para fabricar el consentimiento de un pueblo que no ha dejado de levantar constantemente su voz a favor de Azadi [“La Libertad”, en persa]. Es un secreto a voces que cada nuevo aspirante a candidato en Jammu y Cachemira recibió un millón de rupias del estado indio. Que la Comisión electoral, pasmarote grotesco e inútil, poco puede hacer, es evidente cuando se analizan las últimas elecciones a la asamblea de Karnataka. Los medios de comunicación informaron de que, de media, cada candidato del BJP, del Partido del Congreso y del Janata Dal (Secular) [JD (S), partido de centro-izquierda con especial implantación en Karnataka] gastó en su región al menos entre 50 y 60 millones de rupias. Los casos más notables son el de los nueve escaños del distrito de Bellary, rico en mineral de hierro, y el de casi todos los centros urbanos, donde el dinero gastado por cada candidato ascendió a la friolera de entre 150 y 180 millones. Una estimación a la baja de lo desembolsado por los principales contendientes en las 224 circunscripciones eleva el gasto a la astronómica cifra de 40.000 millones de rupias. Los grandes mafiosos de la minería de Bellary junto con los capos del inmobiliario desempeñaron un papel clave en la recaudación de decenas y decenas de millones para el BJP. Los capos del inmobiliario se convirtieron igualmente en candidatos del BJP. También las bebidas alcohólicas desempeñaron un papel clave para inducir al voto a personas de los sectores económica y socialmente más débiles.

En Andhra Pradesh, poco antes del día de la declaración del calendario electoral, los babus [“jefes”, en hindi] leales al Gobierno de YSR [Yeduguri Sandinti Rajasekhara Reddy, ex Primer Ministro de Andhra Pradesh, fallecido en 2009] trabajaron durante toda noche en la oficina del Primer Ministro –literalmente hasta quedarse sin pestañas pues lo hicieron a luz apagada- hasta firmar 3.000 órdenes gubernamentales anticipadas para repartir beneficios entre diversos sectores. Para no quedarse atrás, el experimentado tecnócrata y ex Ministro Principal [“Chief Minister”, en inglés, de un estado de la Unión India] Chandrababu aumentó el premio gordo ofreciendo a los pobres una televisión en color por valor de 10 millones de rupias y otros sobornos por el estilo. ¡Tanto vale el triunfo del proceso democrático indio!

El turbio papel del dinero negro y de los ricachones en la vida cotidiana de la gran democracia india es evidente en el número de escándalos que han adornado al parlamento desde los años 80: el escándalo del fraude de Lakhubhai Pathak, el escándalo Bofors, el escándalo de falsificación de St. Kitts, el escándalo de sobornos de JMM, el escándalo de los avales, la estafa de las telecomunicaciones, el coffingate, el escándalo de las adquisiciones de Defensa, la estafa de los pagos en efectivo por servicios de consultoría, la estafa del MPLADS, la estafa del tráfico de personas, la estafa del pago en efectivo por votar. La falta de espacio nos impide entrar en mayores detalles.

Los marxistas parlamentarios

El papel más turbio en la legitimación de la farsa del proceso parlamentario lo desempeña la llamada “corriente principal” de la izquierda. El PCI [Partido Comunista Indio] participó en las elecciones incluso antes de la transferencia de poder, ganándose la legitimidad colonial británica. Desde entonces, han obtenido el graduado al pasar de reformistas a partido de la clase gobernante, una vez convertido el PCI (Marxista) en una fuerza socialfascista. Su nuevo socio en esta ocasión es el PCI (Marxista-Leninista) (Liberación), participante ya en la contienda electoral a principios de los 80. A pesar de sus pretensiones de radicalidad, este partido, a todas luces el más degenerado de todos, no elige sus socios sino en función de su avidez por sentir la blandura del gaddi [“sillón”; literalmente en hindi, “cojín sobre el que se sienta el príncipe”]. El PCI (Marxista-Leninista) (Liberación), que convirtió en machacona cantinela que el PCI y el PCI (Marxista) eran fuerzas serviles de los imperialistas y de las grandes empresas de la burguesía compradora como Tatas, Jindals, Dove, etc., por reprimir brutalmente las protestas del pueblo y entregar tierras y recursos a estos tiburones en Singur, Nandigram, Salboni, Lalgarh, etc. va ahora en Bihar, para disputar las elecciones, ¡de la mano de esos mismos partidos! El PCI (Marxista-Leninista) (Liberación) ya intentó antes en Bihar, y desesperadamente, el mismo chalaneo con el SP [Samajwadi Party; literalmente, “Partido Socialista”], el LJP [Lok Jan Shakti Party, partido de ámbito local de Bihar] e incluso con el RJD [Rashtriya Janata Dal; literalmente, “Partido Nacional Popular”].

Pero por obtener el apoyo de los socialfascistas, el secuaz del imperialismo Manmohan Singh [Primer Ministro de la Unión india] no pudo lograr impulsar en el parlamento varias políticas antipopulares y aprobar diversas leyes antinacionales. Así, tras cuatro años de colaboración, codo con codo, con la UPA [“Alianza Progresista Unida”, fuerza gobernante en la Unión india], se vieron en la obligación de retirarse para conservar una mínima sensación de oposición a la UPA con ocasión del acuerdo nuclear. El tercer frente que mantenían con ladrones y mafiosos como Chandrababu Naidu, Mayawati, Jayalalitha y Deve Gowda se vendrá abajo por sus propias contradicciones tan pronto como comience la carrera para la formación de gobierno. La política de alianzas de conveniencia con la sola finalidad de llegar al gaddi o con objeto de ser un socio dominante es lo que, de hecho, ha generado el carácter oportunista y antipopular de la izquierda parlamentaria, incluidas sus pretensiones anticomunales. Cuando surgen los problemas reales del pueblo, su subordinación a los intereses imperialistas apenas les permite marcar diferencias respecto al Partido del Congreso y al BJP.

El escenario emergente

Ya sea la UPA dirigida por el Partido del Congreso, con o sin el apoyo del PCI (Marxista), ya la otrora NDA [“Alianza Nacional Democrática”, en sus siglas en inglés] encabezada por el BJP, todas las combinaciones del circo parlamentario –testimonio mudo de su naturaleza compradora- han puesto en práctica, con la mayor fidelidad, el Programa de Ajuste Estructural (SAP), dictado por el FMI y el BM, eufemísticamente llamado LPG [¿?]. El resultado de esta “brillante India” está a la vista de todos.

Mientras la economía mundial se tambalea sometida a la peor crisis desde la Gran Depresión, la India no ha estado nunca más atrapada en la red del imperialismo, especialmente de los Estados Unidos: ha tocado fondo con el mayor déficit presupuestario y comercial, en términos absolutos, y con el dólar más bajo que nunca. La dominación del capital extranjero nunca ha sido más intensa que ahora. Incluso la más mínima depresión en las economías occidentales tiene repercusiones profundas en un país semicolonial y semifeudal como la India en que el 40% de su PIB proviene de las exportaciones y las importaciones. Las bolsas de valores atrapadas por los FII [“Inversores Institucionales Extranjeros”, en sus siglas en inglés] han quedado arrasadas. Con la salida del país en 2008 de 13 mil millones de dólares –628.800 millones de rupias- llevada a cabo por los FII, los inversores en el mercado de valores indio perdieron 36,5 billones de rupias. La caída del 90% de los valores en el sector inmobiliario y del 80 en los fondos de mutualidades [“Mutual Funds”, en el original en inglés], donde estaban invertidos gran parte de los ahorros de la clase media, no han hecho sino empeorar aún más la crisis.

En el patrimonio neto de las grandes empresas compradoras, la participación del capital extranjero ha aumentado, por término medio, de alrededor del 6% a aproximadamente el 25%. Incluso para el crédito, la mayor parte de las grandes empresas depende de los préstamos extranjeros (en forma de EBCs [“Préstamos Comerciales Externos”, en sus siglas en inglés], etc.) al ser los tipos de interés mucho más bajos en el extranjero. Los medios de comunicación burgueses han señalado con meridiana claridad que la riqueza total invertida –en términos de capitalización bursátil- de todas las sociedades anónimas en su conjunto se hundió al pasar de 73 billones de rupias en enero de 2008 a 36,5 billones de rupias en octubre del mismo año. Desde entonces no ha dejado de caer. A día de hoy, la mitad de las 2.699 empresas que cotizan en bolsa están por debajo de su valor contable. Por primera vez en 15 años, la producción industrial cayó en un 0,5% en enero de 2009. Los sectores punteros de la economía india, como el mercado del automóvil, las industrias de exportación (cuero, textiles), las tecnologías de la información [“IT”, en sus siglas en inglés] y los servicios aplicados a las tecnologías de la información [“ITES”, en sus siglas en inglés] se han desplomado drásticamente.

Nuestro sabio Primer Ministro y nuestro erudito Ministro de Finanzas han procurado hundirnos en lo más profundo del torbellino de la bestia imperialista al reducir las restricciones sobre los “Participatory Notes” [tipo de fondos de inversión de alto riesgo], al elevar los tipos de interés sobre los préstamos a los indios no residentes [“NRI”, en sus siglas en inglés]; al aumentar el capital social permitido en los seguros del 26 al 49%; al permitir la adquisición de la mayor compañía farmacéutica india, Ranbaxy, por la japonesa TNC; y la lista no acaba ahí. Las políticas adoptadas –ya sea por el Partido del Congreso, el BJP, el PCI (Marxista), el TDP [Telugu Desam Party, en castellano “Partido del Pueblo y la Tierra Telugu”], el R/JD, el BSP [Bahujan Samaj Party, en castellano “Partido de la Mayoría Social”], el SP, el AGP [Asom Gana Parishad, en castellano “Asociación de los Pueblos de Assam”], el NC [“Partido Nacionalista del Congreso”, en sus siglas en inglés] o cualquier otro semejante-, no son más que una receta para el desastre del pueblo de este subcontinente, un sostén a los imperialistas (y a sus agentes compradores dentro del país) para ayudarles a cargar la crisis sobre los pueblos de los países atrasados como India.

Miseria agraria: a la espera de una explosión social

La brutalidad de la política de LPG (¿?) se resume en la historia de más de 180.000 campesinos que se han suicidado en los últimos diez años debido a la creciente crisis agraria mientras los Vajpayees [Atal Bihari Vajpayee, ex primer ministro de la Unión India (1996 y 1998-2004) y máximo dirigente del BJP] y Manmohans [Manmohan Singh, primer ministro de la Unión India desde 2004 y dirigente del Partido del Congreso], con total desvergüenza, se dedicaban a montar el cuento de la “India brillante”. La tasa de crecimiento anual de la producción agrícola ha seguido hundiéndose, del 3,8% en 2006-2007 al 2,6% en 2007-2008, debido a la negligencia criminal, ala India brillante, consistente en destinar las mejores tierras agrícolas a la producción de biodiesel y a la burbuja inmobiliaria. El gasto presupuestario de la Unión en agricultura ha caído en un 20% entre 1990-1991 y 2004-2005; el destinado a regadíos y control de las inundaciones, en un 15%. La negligencia de los diferentes gobiernos lo es a pesar de que la agricultura sigue representando el 70% del empleo, mientras el sector servicios, que supone el 55% del PIB, significa tan sólo un ínfimo 0,5% del empleo. Este cambio de prioridades responde también al interés de las industrias multinacionales de base agrícola que han descubierto un mercado floreciente en la crisis alimentaria mundial. A día de hoy, más del 70% de nuestro pueblo vive en áreas rurales, en la miseria y el subdesarrollo más completos, sometido a las diversas formas de explotación y saqueo feudales, semifeudales y ahora “modernas”. Según un estudio, sesenta años de historia de “la mayor democracia” han hecho poco por más del 77% de la población, que vive con 20 rupias al día de media.

Confiscación de tierras, desplazamiento y destrucción en nombre del desarrollo

Las 600 y pico Zonas Económicas Especiales [SEZ, en sus siglas en inglés], cuya creación implica la confiscación de un inmenso territorio de 1.750 kilómetros cuadrados de tierra, desplazarán 11,4 millones de hogares campesinos y 82.000 hogares obreros, es decir, a al menos un millón de personas. Ello equivale a empujar a la población rural al precipicio. Además, los cientos de miles de Memorandos de Entendimiento firmados con el capital imperialista y comprador en el sector de la minería, las mega-presas, las grandes autopistas, etc., no significan otra cosa que la liquidación total de valiosos recursos del pueblo y el desarraigo de cientos y cientos de miles de personas de sus medios de subsistencia. La apertura del enorme mercado minorista de la India a gigantes multinacionales del sector minoristas como Wal-Mart desplazará a entre 400 y 600 mil familias de sus medios de subsistencia.

Desplumar al pueblo

Son las masas las más afectadas por las políticas de LPG (¿?). En estos dos decenios todos los partidos políticos se culparon unos a otros de los males de la economía mientras aplicaban sistemáticamente y al pie de la letra políticas de LPG (¿?). El resultado ha sido que los ricos se han hecho más ricos y las vidas de los pobre han ido de mal en peor. La política de industrialización a la medida de los bolsillos de la burguesía compradora ha concentrado en gran medida los beneficios en unas pocas manos de grandes promotores y accionistas mayoritarios. El porcentaje del sector empresarial en la renta nacional se disparó al aumentar hasta el 290% en los últimos cinco años.

Este modelo de desarrollo ha creado “multibillonarios” como Mukesh Ambanis, multimillonarios y una clase alta parasitaria que devora las migajas de los súper ricos. La India cuenta con la dudosa distinción de tener el mayor número de pobres del mundo y, al mismo tiempo, albergar también al segundo mayor número de multimillonarios.

La rupia llegó a perder hasta un 15% de su valor en las semanas finales de octubre de 2008. Si consideramos asimismo los precios de los productos de venta al por menor, especialmente de los productos de primera necesidad, la invariable inflación de dos dígitos –en realidad de alrededor del 20%-, causó estragos entre los pobres y la clase media. Esa cuasi fe ciega de los expertos en la política de crecimiento sin empleo no puede mantenerse con el peor hundimiento de las oportunidades de empleo, e incluso su reducción absoluta, los recortes en los salarios y sueldos, y una subida de los precios sin precedentes. ¿Tiene alguna solución concreta a esta vorágine de la crisis alguno de los partidos parlamentarios que van a participar en las elecciones, siendo como son parte de dicha crisis? La respuesta está en el aire.

Represión contra el pueblo

El Gobierno de la UPA en poco se ha diferenciado del de la NDA al desencadenar un reino del terror contra diversos sectores del pueblo. No han dejado de aumentar los asesinatos, en falsos enfrentamientos, de maoístas, de musulmanes inocentes y de miembros de nacionalidades en lucha como los musulmanes de Cachemira, assameses, nagas y manipuris. Los musulmanes siguen siendo el objeto de una caza de brujas mientras los partidos se dedican a competir en su juego favorito: apaciguar a la mayoría hindú, crear una sensación de inseguridad para recurrir a métodos fascistas y suprimir todas las luchas justas y democráticas del pueblo. Las bandas fascistas hindúes y los terroristas de extrema derecha como BJP-RSS-VHP-Bajrang Dal-Shiv Sena-RJM-Abhinav Bharat, etc. tienen carta blanca para incitar a las matanzas y a los disturbios anticristianos mientras organizaciones musulmanas como SIMI están prohibidas.

Cientos de miles de personas del pueblo de Cachemira salieron a las calles exigiendo Azadi [“Libertad”, en persa], a pesar de las medidas sin precedentes de toque de queda y fuerza a que recurrió el poder militar del estado indio. El estado indio, presa del pánico, no tuvo más respuesta que la fuerza: el asesinato y la mutilación de las masas desafiantes.

Los Salwa Judum son un recordatorio espantoso de esa agresión del estado contra las masas revolucionarias de Chhattisgarh, opuestas con uñas y dientes a las políticas de botín y saqueo. Los métodos fascistas y autoritarios del estado se pusieron de manifiesto, sin ambages, con nuevas leyes draconianas.

Cuando el pueblo protesta contra estas políticas sedientas de sangre se le reprime brutalmente con el cañón del fusil. El cañón del fusil vuelve una y otra vez a los mismos campos de batalla: Cachemira, Assam, Manipur, Chhattisgarh, Bihar-Jharkhand, ¡aunque ahora para obtener el consentimiento del pueblo bajo la forma de voto para así saquearlo aún más!

¿Alguien habló de la batalla de los votos?

La alternativa democrática tal como emerge en Dandakaranya

¿Qué implicaría una democracia real? Implicaría una genuina afirmación del poder popular desde la misma base. El propio pueblo determinará su futuro. Todos los sectores del estado –partidos, instituciones políticas, burocracia, poder judicial, et al.- responderán ante el pueblo, que dispondrá del derecho a revocarlos. Una democracia auténtica daría paso a una sociedad donde todo el mundo estuviese educado y fuera consciente de sus deberes, así como de sus derechos. Y aún más, un sistema en que cada persona tuviera un mínimo consistente en alimento, ropa y vivienda.

La iniciativa de las masas de Chhattisgarh bajo la dirección de nuestro partido, el PCI (Maoísta) es un paso lleno de determinación en esa dirección. Organizados bajo la forma de Janatana Sarkar [“Gobierno del Pueblo”, en hindi], las masas combaten los esfuerzos del estado por implantar el modelo de desarrollo proimperialista en su formación social inmediata. En Dandakaranya, esta lucha comenzó con el establecimiento de Comités de Gram Rajya [“Democracia campesina”, en hindi] como unidades básicas de poder; a día de hoy han arraigado profundamente bajo la forma de Comités Populares Revolucionarios (CPR) y Comités Campesinos Revolucionarios en tanto que formas embrionarias de afirmación popular a nivel de aldea, de bloque y de división. Gracias a estos órganos de poder político, las masas revolucionarias han logrado destruir el poder reaccionario de las clases gobernantes opresoras y explotadoras en una extensa zona bajo la dirección del PCI (Maoísta), asegurando, de este modo, la producción y reproducción de métodos duraderos de distribución equitativa de los recursos y los productos.

Las 8 áreas bajo gobierno del pueblo [“sarkar” en el original] son:

(1) Desarrollo (2) Defensa (3) Justicia (4) Protección de los bosques (5) Cultura y Educación (6) Salud (7) Hacienda (8) Relaciones públicas (9) Organizaciones de masas.

Téngase en cuenta que estos gobiernos populares [“sarkar” en el original] están dirigidos por adivasis –otrora analfabetos- ahora educados por el partido y con una conciencia política forjada en la lucha de clases. Estos CPR toman forma y desempeñan un papel eficaz en las zonas controladas por nuestra guerrilla: allí donde un partido fuerte capaz de dirigir la guerra popular por medio de un Ejército Guerrillero de Liberación Popular (EGLP) curtido en el combate y sus tres fuerzas consolidadas han organizado a los habitantes de la zona en organizaciones de masas y en la milicia popular. En cada aldea se establece una dirección de las organizaciones del partido a ese nivel. Con un frente unido de cuatro clases, estos embrionarios gobiernos populares en las zonas bajo control guerrillero combaten resueltamente el terror blanco de los reaccionarios y destruyen sus fuerzas armadas aniquilando así su poder. Por medio de esta resistencia organizada, se ha logrado rechazar los ataques genocidas de los Salwa Judum contra la población adivasi, ataques organizados por gobernantes criminales como Manmohan Singh o Raman Singh.

Los CPR han permitido al pueblo gozar de una vida mejor gracias a las nuevas técnicas agrícolas, a la gestión del agua por medio de pequeñas presas, a los biofertilizantes, a la gestión colectiva y preservación de las semillas, a la conservación del suelo, a la cría de aves de corral, a la piscicultura, a la educación para la salud, a la prevención de todas las enfermedades curables como la malaria, la tuberculosis, la malnutrición, etc. El principio subyacente es “distribución equitativa sin disparidades/desigualdades”. La vida del pueblo se ha transformado de manera considerable. El papel de las supersticiones en su vida se ha reducido notablemente gracias a la importancia otorgada a la función educativa. La lucha para determinar su propio destino se ha convertido en su propia visión del mundo, materia de sus canciones y de sus relatos.

En comparación con todos los poderes estatales surgidos hasta la fecha en la India, estos CPR son el sistema más elevado y auténticamente democrático, el que ha logrado desencadenar la iniciativa de las amplias masas campesinas, desarrollar su creatividad y su sentido de la colectividad en la guerra popular. Los CPR laborarán por el establecimiento de la dictadura conjunta de todas las fuerzas antiimperialistas, antifeudales y opuestas a la burguesía burocrática compradora mediante la constitución de la alianza obrero-campesina y bajo la dirección de la clase obrera en toda la zona con el objetivo de la Revolución de Nueva Democracia.

Con la crisis financiera devorando rápidamente el subcontinente indio, la India avanza hacia una explosión social. Ninguno de los partidos políticos tiene una respuesta definida para este panorama inminente y espectral. Tengan por seguro que se confiarán en exceso, que estarán plenamente satisfechos y relajados ya que incluso sin crisis han sido capaces de matar a más de 150 mil campesinos, desplazar a millones de personas mediante sus perversas políticas de desarrollo, reducir las condiciones de salud de las masas hasta hacer de ellas muertos silenciosos, masacrar a miles de personas por medio del terrorismo de estado contra los revolucionarios, las nacionalidades oprimidas, los musulmanes, los dalits [“intocables”, en hindi] y todos los luchadores. Las masas trabajadoras de la India tienen sólo un camino. ¡La senda vigorosa de la revolución! Parafraseando a Mao, ¡las masas del subcontinente indio tienen que ser prácticas y hacer lo imposible!

 

Azad,
Portavoz,
Comité Central,
PCI (Maoísta)