Escrito: 22 de agosto
de 1899. Enviada a Podolsk.
Publicado por primera vez: En 1929 en la revista
Proletárskaia Revoliutsia, num.4 núm. 5.
Fuente del texto: Editorial Akal, Obras
Completas, Tomo 41.
Preparado para el MIA: Rodrigo Cisterna, febrero de
2016
22 de agosto.
Recibí tu carta hace mucho, querida Manía, pero últimamente he estado terriblemente perezosa, y toda mi correspondencia está atrasada; hay varias cartas que debo contestar. Debe obedecer a mi forma de vida actual; paso días enteros (cinco horas por vez) paseando, incluso es difícil leer. El verano fue malo, pero hasta ahora el otoño ha sido maravilloso. Volodia también camina mucho, pero todavía trabaja algo, aunque mucho menos que antes.
¿Qué has decidido? ¿Cuándo partes y a dónde vas? Cuando leí tu carta a Volodia en la que le preguntas a qué Instituto deberías entrar, recordé en qué vacilaciones estaba a tu edad. Primero decidí ser maestra rural, pero no pude encontrar un puesto, y quería ir a las provincias. Después, cuando Bestúzhev inició los cursos, me inscribí en ellos; esperaba que se me dijera todo lo que a mí me interesaba, pero cuando comenzaron a hablar acerca de algo muy diferente abandoné los cursos. En una palabra, estaba en una vacilación desesperante. Tuve veintiún años antes de enterarme de que había algo como "ciencias sociales"; hasta ese entonces consideraba que las únicas lecturas serias eran las que se referían a ciencias naturales o a historia, y pasaba de Rossmássler a la historia de Felipe II de España. Tú estás colocada en circunstancias muy distintas. No sé si vale la pena que te prepares para algo que te permita "ganarte la vida"; creo que no vale la pena. Si necesitas dinero, puedes conseguir trabajo en un ferrocarril, donde, por lo menos, podrás trabajar la cantidad de horas necesaria y no tendrás preocupaciones, serás libre como un cosaco; pero toda esta pedagogía, medicina, etc., ocupan a una persona mucho más de lo que deberían. Es una lástima perder tiempo en un aprendizaje especial cuando hay tanto que quieres saber y debes saber, y, después de todo, tu conocimiento de idiomas siempre te dará de comer. Volodia y yo tenemos dificultades con los idiomas; los dos somos malos en idiomas; nos preocupamos mucho por ellos, pero no somos buenos todavía. Empezamos de nuevo a estudiar inglés. ¡Cuántas veces lo hemos hecho! En mi caso es el décimo intento, por lo menos. Seguro que ya me dejaste muy atrás. Ania sabe inglés muy bien, ¿no es así? Siempre olvido preguntarte si conociste a Mescheriákov; creo que está en Moscú ahora. Está tan entusiasmado con Bélgica como tú. En una época nos escribíamos y entonces yo conocía bien todos los asuntos belgas y estaba muy interesada en ellos. Si lo ves trata de enterarte dónde está su esposa. Una amiga de ella me escribió que se había marchado a Munich. Lamentaría mucho perder contacto con ella. Es una persona excelente. No sé si tendremos ocasión de volver a vernos. Todos mis conocidos de Petersburgo están tan desperdigados, que no sé dónde está cada uno. En los primeros tiempos nos escribíamos, pero nuestra correspondencia se acaba poco a poco. No resulta escribir cartas, nunca se puede discutir realmente algo, y uno empieza... El resultado es que antes de saber adónse se ha llegado surge una confusión. No sé cómo está Kuba; me escribía poco, pero parecía que no podía controlar sus nervios. Pero termino, porque he escrito tanto, que no quedará espacio para Volodia. Te beso fuertemente, lo mismo que a M. Al. y a Aniuta. Saludos de mamá para todos. Mis mejores deseos.
Nadia
22/VIII.1899.
Me alegró mucho, Maniasha, leer que por fin habías conseguido Bernstein para mí [1], que esperaba y sigo esperando con gran impaciencia. ¡¡Me escriben de Yakutia que lo están leyendo, y aquí no lo tenemos aún!! Cuanto más se habla de él, cuanto más lo utilizan esos burgueses obtusos y esos "jóvenes" (en todos los sentidos) no burgueses, tanto más necesario y urgente es conocer a este "novísimo" héroe del oportunismo.
El 9.X. 1899 (nuevo calendario), habrá un Parteitag [2] en Hannover, y se hablará de Bernstein [3]. Tengo vivísimos deseos de leer los comentarios que aparezcan. Trata de conseguírmelos, por favor. Es muy posible hacerlo de uno de los siguientes modos: escribe a tus conocidos en el extranjero (pido que Ania haga lo mismo) que envíen los números de los periódicos en que aparezca información, aunque sea sólo Frankfurter Zeitung que puede entrar en Rusia. En caso de que tus amigos no enviaran el Vorwarts o el Frankfurter Zeitung, ¿ no podrías suscribirte a Frankfurter Zeitung por el mes de octubre, por intermedio del correo de Moscú? (Sé que es posible suscribirse por tres meses, pero eso es demasiado tiempo y demasiado caro: 4 rublos con 70 kopeks. ¿No se podrá por un mes?) Si tú estás en el extranjero, entonces compra esos números y envíamelos.
No te hago ningún encargo literario porque ahora no estoy escribiendo nada y no pienso escribir. Pero si vas al extranjero, probablemente pediré que busques para mí algunos buenos viejos libros.
Un apretón de manos. V. U.
[1] Se trata del libro de E. Bernstein: Die Voraussetzungen des Sozialismus und die Aufgaben der Soziddemokratie, 1899. (Ed. Bernstein: Las premisas del socialismo y los objetivos de la sociddemocracia.) (Véase el comentario de Lenin sobre este libro en el presente tomo, carta 98.) (Ed.)
[2] Congreso del partido.
[3] Véase V. I. Lenin, ob. cit., t. V, nota 58. (Ed.)