Escrito: Enviada de
Shúshenskoie a Bruselas. Se publica desacuerdo con el manuscrito.
Publicado por primera vez: Publicada por primera
vez en 1929 en la revista Proletárskaia Revoliutsia,
núm. 5.
Fuente de esta edicion: Editorial Akal, Obras
Completas, Tomo 41
Html: Rodrigo Cisterna, 2014
11/XI.1898.
Hoy estamos todavía excitados por el correo de ayer. Ayer vimos un muchachito del distrito, trepando por nuestra empalizada con su paquete enorme. Resultó que nuestra correspondencia era tan voluminosa que tuvieron que traerla de la ciudad envuelta en una zamarra para asegurarse de que nos llegaría intacta. Por supuesto no eran cartas, sino sólo libros; pero a veces también es sumamente agradable recibir libros.
¿Cómo te sientes? ¿Has hecho muchas relaciones y, en general, te sigue gustando Bruselas? Yo solía recibir cartas llenas de entusiasmo de Mescheriákov, a quien le gustaba extraordinariamente la vida en Bélgica. Muchas veces cuando leía una carta me daban ganas de ver cómo vive la gente en el mundo. De paso, probablemente te deleitarás con los diversos coros populares. Según dicen, en Bélgica la gente canta muy bien. Vino Gleb a visitarnos y una noche él y Volodia cantaron un poco; en ese momento me acordé de ti y pensé que estarías escuchando a los belgas. Gleb pasó con nosotros cuatro días, sin Ziua, ya que Elvira Ernéstovna estaba enferma y no la podía dejar sola. Salían a cazar, y además Gleb leyó los dos primeros capítulos de los "mercados". ¿Tú crees que los "mercados" están terminados? De ningún modo. Sólo terminará para febrero. Volodia se pasa escribiendo de la mañana hasta la noche, y casi no le queda tiempo para ninguna otra cosa. ●
Te beso fuertemente; mamá también. Que lo pases bien.
Tuya, Nadie