Salvador Allende

Discurso ante los trabajadores de Textil Bellavista-Tomé 


Pronunciado: El 10 de febrero de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 3 de febrero de 2016.


Queridas compañeras, estimados compañeros:

Estoy aquí para conversar algunos minutos con Uds., me acompañan, el Intendente de la Provincia, el Gobernador y el Comandante Edecán Aéreo de la Presidencia, Roberto Sánchez.

He venido a decirles, lo que significa para mí, el volver a esta industria, que fue la primera que estatizamos. Viajé especialmente a Tomé, pero firmé en Concepción, desde la Intendencia, el decreto, que estatizaba esta Empresa. Es decir, empezamos a caminar, para fortalecer el Área Social de la economía.

Varias empresas textiles -las más importantes- pertenecen hoy a los trabajadores, al pueblo de Chile.

Industrias básicas de la construcción, también les pertenecen hoy al pueblo, como es de Chile el cobre, el acero, el carbón, el salitre y el hierro. Es decir, hemos avanzado, firmemente, en el campo industrial, para hacer posible una economía del Estado, que impulse el desarrollo y el progreso del país.

Hemos estatizado cerca del 80% de la banca, la cual permitirá manejar el crédito, de tal manera que él beneficie no sólo a grupos o sectores que antes usufructuaban de él, sino a quienes, realmente, lo necesitan para producir: pequeños industriales, empresarios, comerciantes, agricultores. Y por cierto que a las empresas estatizadas.

Hemos expropiado, en un año 1.700 latifundios, que representan 3 millones de hectáreas.

Uds., ven que, a pesar de todas las dificultades, hemos avanzado y, por eso, puedo estar frente a Uds., con profunda tranquilidad de conciencia.

Lo que le dijimos al pueblo que íbamos a hacer, lo hemos hecho.

Y es así, que nuestra Revolución es una realidad, a pesar de la tremenda oposición que tenemos, tanto internacional como nacional; preservando los derechos individuales de libertad de prensa, de radio, de difusión e información.

Esta es una revolución que no tiene enemigos políticos encarcelados. Aquí nadie persigue a nadie por ideas, y se respetan todas las creencias.

No es fácil realizar los cambios, en un clima como el que nosotros tenemos.

Sólo la unidad del pueblo y su conciencia permitirán que sigamos avanzando hasta alcanzar la meta trazada: construir la sociedad socialista.

Pero esto no es fácil. Yo sé que en esta empresa, Uds. han demostrado responsabilidad; para mí ha sido muy grato en los talleres ver rostros alegres, manos tendidas abiertamente, no como viera otras veces cuando vine como candidato, a esta empresa.

He visto con orgullo, el orgullo de las compañeras y los trabajadores, al decirme que han aumentado la producción, al decirme que es producción de mejor calidad. Esto refleja una gran conciencia y yo me felicito de ser testigo de este proceso de cambios, en cada hombre y cada mujer que tiene conciencia de lo que es la Revolución.

Revolución es sacrificio

Lamentablemente, no todos los trabajadores, comprenden este proceso. En muchas industrias perduran los viejos vicios. Algunos “sacan la vuelta”, otros no trabajan todo el tiempo que debieran laborar, otros no ponen todo el empeño que debieran poner y por último hay algunos que siguen marcando la lacra de un régimen en el sistema, con el ausentismo; “San Lunes” todavía sigue funcionando en muchas empresas, a pesar de que están estatizadas, compañeras, y eso es una vergüenza para los trabajadores. (Aplausos).

La Revolución es sacrificio, compañeros; para que los hijos de Uds., nuestros hijos, tengan mejores condiciones de vida. Sin embargo, somos una excepción, lo señala así, el camino que hemos buscado y los cambios que están sintiendo aún, las generaciones como las nuestras. Los ancianos y las ancianas nunca tuvieron reajustes como los que tienen hoy día.

Nunca un Gobierno recibió de parte de los jubilados, los pensionados o montepiadas las expresiones de reconocimiento y gratitud. Creo que esto debe alegrarles a Uds., también, porque tarde o temprano van a llegar a ser viejos.

Si toman mucho van a llegar mucho antes (Risas). (Aplausos).

Los hijos de Uds. se han beneficiado, no sólo con el medio litro de leche, que es muy importante, sino con la matrícula, con la escuela, con la amplitud, con la entrega de libros, que deseamos se distribuyan gratuitamente.

Los hijos de Uds., también, han aumentado las posibilidades de matrículas en la educación técnica, secundaria, universitaria.

Uds. se han beneficiado con la redistribución del ingreso, con los reajustes más altos que el alza del costo de la vida. Se han beneficiado Uds., porque hay más chilenos trabajando y porque se ha absorbido doscientos mil cesantes para que produzcan.

Tenemos dificultades

Tenemos serias dificultades -que el pueblo debe entenderlas-, y aquí mismo, es probable que hayan faltado algunas materias primas. ¿Por qué?, porque nos hemos encontrado con que bancos del exterior que antes tenían líneas de crédito a las empresas, a las industrias y al Banco Central, cortaron al Gobierno esas líneas de crédito.

Recién, ahora, las hemos restablecido, después de un acuerdo al que hemos llegado con los bancos de EE.UU.

Uds. saben que hemos debido plantear la renegociación de la deuda externa, porque nosotros no podemos pagar lo que deberíamos pagar este año, el próximo y el siguiente, que alcanza a cerca de mil millones de dólares. Si pagáramos lo que teníamos que cancelar este año, significaría pagar 410 millones de dólares de un ingreso de 1.050 millones.

Es decir, compañeros, padeceríamos un déficit enorme, porque este país tiene que comprar alimentos, materia prima para las industrias, repuestos, vehículos, motores, insumos, o sea, tenernos que comprar muchas y muchas cosas, que no producirnos. Por eso, han faltado y faltan algunas cosas. Sin embargo, todo esto se exagera brutalmente. Pero como el pueblo puede ahora comprar, primero, porque doscientas mil personas que no trabajaban ahora lo hacen; porque aumentamos los salarios y mantuvimos los precios, prácticamente, todo lo que se produce se consume. Si a ello, se agrega, además, que el contrabando se ha convertido en un peligro nacional, porque este país es uno de los más baratos del mundo, y mucha gente antipatriota, facilita las posibilidades que se lleven nuestra producción y nuestras mercaderías fuera de las fronteras.

Hay extranjeros que vienen “hacerse la américa” a Chile. Porque en su Patria con lo que gastan para comprar un par de zapatos aquí se pueden comprar cinco; con lo que gastan para comprar allá, una camisa, aquí se compran cuatro.

Hasta la carne es más barata en Chile que en Argentina. Y, allá en Argentina, que es un país productor de carne, también hay veda de carne, compañeros. Y aquí no solo los sectores de la oligarquía, sino algunos sectores inclusive de empleados y aun de trabajadores, no quieren entender por qué nosotros no podemos dar carne todos los días. Chile no tiene la masa ganadera necesaria. Aumentar el ganado es muy difícil. Hay que fomentarlo, hay que criarlo.

Las vacas no se reproducen como los conejos, compañeros. Se reproducen bastante más lentamente. Nosotros hemos querido comprar 60 mil cabezas de ganado. En ningún país hemos encontrado esa posibilidad de venta. La propia Argentina, a pesar de mis conversaciones y la comprensión del Presidente Lanusse, no nos ha podido entregar 16 mil cabezas de ganado que queríamos nosotros, de 300 a 400 kilogramos para engordarlo, ya que tenemos muy buenos pastos.

Todo esto tienen que entenderlo el pueblo.

Y por eso, hemos reemplazado, y buscamos reemplazar, la carne de vacuno por carne de cerdo, por carne de ave, por pescado.

Esos barcos -que fueron arrendados en muy buenas condiciones- pensamos comprarlos. Pero la gente tiene que comer pescado. Y las compañeras tienen que aprender a prepararlo de varias maneras. Tienen que darles gusto a sus compañeros, y tienen que ser buenas cocineras, también, además de ser buenas obreras. (Aplausos).

Las francesas que conocen muy bien al hombre, han dicho que la mujer retiene al hombre por el estómago, o sea, que hay que darle de comer bien para que esté tranquilo y contento en la casa. (Risas). Claro que yo les agrego lo siguiente: les preparan buenos platos de pescada, siempre que se tomen una media botella de vino, y no más.

Sentido superior de patriotismo

Insisto con esto del vino porque sé que aquí hay ausentismo. Y toda la alegría, y el entusiasmo con que he visto los rostros de Uds. se disipa cuando recibo informaciones de que aquí hay problemas laborales serios, y que hay obreros que no tienen confianza en sus problemas.

Nosotros no podemos recurrir a la represión y a la violencia. Tenemos que hacer entender a la gente; pero son sus propios compañeros los que tienen que calificar a los trabajadores, tienen que señalarles lo que representa su falta de responsabilidad, su ausencia al trabajo. Cómo la ausencia de uno, dos o diez perjudica la producción general de la empresa, y esto, en definitiva va en perjuicio no sólo de Uds., sino en perjuicio del país.

Por eso, compañeros es que mi tarea es difícil, porque no se trata de venir a buscar aplausos.

No los busqué como candidato, no los busco como Presidente. Al contrario, mi obligación como Presidente es: ¡exigirle a los trabajadores un sentido superior de responsabilidad, un sentido superior de patriotismo, que se sientan orgullosos de ser chilenos y trabajadores que saben que están laborando para construir una sociedad distinta! ¡Sociedad, donde los trabajadores, serán Gobierno! (Aplausos).

Y las revoluciones, compañeros no se afianzan con discursos líricos; se afianzan elevando la conciencia política de las masas, que entiendan los problemas; que tengan capacidad para analizarlos y entender las soluciones que a veces son a largo plazo. Y, además, trabajando más y creando más.

He visto por ahí en el primer pabellón que entré, que ya están en marcha máquinas que no lo estaban; buena iniciativa.

He estado con las compañeras, y he visto también el interés que han puesto, y he visto las cifras de producción.

Nos preocuparemos para que no falten materias primas, y Uds., estoy seguro, podrán alcanzar niveles superiores de producción. Es indispensable que así sea, faltan una serie de cosas; la gente no se lo explica y cree que es por ineficacia de los trabajadores. Sabemos que no es así.

Por ejemplo, en Santiago falta la crea, falta el hilo cadena, faltó la carne un tiempo, y seguirá faltando la carne, compañeros; durante muchos años en este país.

Porque no tenemos el ganado suficiente y formar -repito- una masa ganadera, no se logra de la noche a la mañana.

Faltará la carne, pero nosotros nos preocupamos de reemplazar la carne por otras carnes, que tienen igual riqueza proteínica, que la carne de vacuno.

Los medicamentos

Pero hay una verdadera psicosis creada en contra nuestra. Si falta la crea, pues bien, en todos los diarios dicen que falta la crea y entonces la gente se desespera. Ahora “les ha dado” con los medicamentos. La verdad es que la industria de medicamentos en Chile es industria falsa, lo único que hace es traer la materia prima, hacer las píldoras o los inyectables. Nada se hace en Chile, excepto en el Instituto Bacteriológico, donde se prepara penicilina y cuya producción no alcanza a un tercio del consumo nacional.

Yo puedo decir estas cosas porque soy médico.

Además, algunos laboratorios cobran 10 veces el valor de la materia prima. ¿Por qué?, porque son filiales de grandes laboratorios que están en Europa o en EE.UU.; entonces ellos mismos se compran, y desde allá les facturan.

El otro día en el Teatro Municipal en una conferencia de los productores farmacéuticos de América Latina les leí 11 productos con los cuales se ha facturado 3, 10 y 12 veces su valor; eso significa que dejan dólares afuera.

Me recuerdo de un producto: el Valium, han facturado su valor en Chile a 2.067 dólares y el precio internacional es 300 dólares, o sea, se dejan afuera compañeros, más o menos 1.700 dólares.

Entonces, las obreras y los obreros no sólo pueden mirar su fábrica, sino que deben mirar el proceso general de la economía del país. Ser un ejemplo en su empresa, pero al mismo tiempo crear conciencia en el resto de la gente. No pueden hacerse de la noche a la mañana todas las cosas, compañero.

Faltan viviendas, es cierto. ¿Pero, cuántas faltan? ¡500 mil viviendas! Ese es el déficit de viviendas que tiene Chile. Iniciamos un plan de 100.000 viviendas, no las pudimos terminar, ¿Por qué? Porque falta cemento y aunque aumentamos en un 15% la producción de cemento, no es lo suficiente. Las industrias de la línea blanca no son capaces de producir lo necesario para las 100.000 viviendas, en silenciosos, en lavatorios, en baños; o sea, compañeros, la producción en este país, nunca ha estado planificada para alcanzar determinadas metas, y esto cuesta organizarlo y esta organización tiene que nacer de la conciencia de los trabajadores.

Por eso, compañeros, junto con decirles, con qué satisfacción estoy aquí, frente a Uds., en ésta que fuera la primera industria que estatizáramos, en diciembre del año 1970, también puedo decirles, compañeros, que tengo la confianza de que aprenderán más de lo que es la Revolución y serán consecuentes con ello.