Salvador Allende

Los trabajadores: el motor del gobierno. Conversación con periodistas extranjeros 


Pronunciado: El 20 de marzo de 1971.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2 de febrero de 2016.


Allende: Quiero decirles que estoy llano a que dialoguemos; estoy dispuesto a someterme a la tortura del interés y de la curiosidad periodística, en un nivel de ética que sé que tienen ustedes. No hay ninguna cortapisa en cuanto a las preguntas. El problema es que alguien pueda dirigir un poco.

Quiero excusarme, porque algunos de ustedes habían solicitado con anterioridad la posibilidad de que conversáramos, pero hechos de trabajo me habían impedido hasta ahora poder complacerlos. Valga la excusa.

Televisión sueca: Compañero Presidente, ¿nos puede decir usted algo acerca de la campaña de prensa internacional que se está llevando con relación a una pretendida crisis económica que estaría surgiendo aquí en Chile, a raíz de la baja de producción del cobre, la salida de los técnicos y toda esta cuestión?

Allende: Hace bastante tiempo dijimos que el gobierno popular tendría que enfrentar la crítica justa de algunos sectores y la crítica injusta de otros. Y no sólo eso, sino que, además, la resistencia de los grupos nacionales e internacionales afectados por las medidas que el gobierno popular, en cumplimiento de su programa, tenía que aplicar. Si además pensamos que antes de la elección, durante la elección y en el periodo entre los resultados de la victoria popular y la toma de gobierno se realizó una permanente y constante campaña para desdibujar lo que somos, para tergiversar el contenido de nuestro programa. Y si, además, agregamos la experiencia histórica, no podía extrañamos que se desarrollara esta campaña que hoy día podemos constatar.

Lamentablemente, muchos periodistas que deberían contribuir a esclarecer los hechos, no lo hacen. Así, entonces, uno encuentra en la propia prensa, en los diarios chilenos, que se reproducen artículos que salen en las capitales de países latinoamericanos, aun de Europa o de Estados Unidos, que no tienen relación absoluta con lo que sucede en nuestro país. Por ejemplo, yo he destacado que se aseveró a través de un comunicado de la United Press que yo había dicho que el gobierno había fracasado. Esto inclusive se publicó en Chile, pero circula por todas partes del mundo. ¿Cómo lo desmiente? ¿Cómo uno puede alcanzar a detener esta ola que expresa una intención y un deseo? Y eso confirma lo que usted ha dicho, en el sentido de que en el campo económico es donde indiscutiblemente la gente piensa que podrá encontrar cabida a sus deseos de que haya una crisis. Digo en el campo económico, porque, indiscutiblemente, es aquí donde pueden presentarse mayores dificultades, cuando el gobierno quiere, como el nuestro, recuperar riquezas básicas en manos del capital foráneo.

Cuando estatiza el crédito; cuando profundiza una Reforma Agraria y la acelera; cuando controla el comercio de importación y exportación o cuando expropia determinados monopolios nacionales aliados al capital foráneo.

De allí entonces que nosotros siempre nos imaginamos que íbamos a encontrar estas resistencias, que ellas se iban a manifestar de distintas maneras. Chile es un país en donde el profundo sentido nacional dificulta otro tipo de agresión; pero la agresión económica la vamos a sufrir. Tengo la más íntima y profunda convicción que no podrá detener ni las realizaciones ni la voluntad del gobierno popular para cumplir inexorablemente el programa.

Ahora esta agresión que se hace publicitaria, descargando el peso de posibilidades en el campo económico, también se hace en el campo político. Así hice presente, por ejemplo, que en una publicación de la Inter Press se sostenía que yo había mostrado a los periodistas un comunicado secreto del Departamento de Estado norteamericano y esto en relación con la venida del señor Meyer a la transmisión del mando. Según el representante de Inter Press en Chile esto se publicó en Brasil y nada tiene que ver, nada tiene de relación con las actividades de la Inter Press en nuestro país. Pero, la verdad es que ha circulado bastante esta afirmación sin ninguna base, de la misma manera que se ha expresado que en este país hemos tomado algunas medidas para coartar la libertad de prensa e información. ¿Yo les pregunto a ustedes si hay muchos países en el mundo en que haya más libertad? ¿Yo les pregunto si alguno de ustedes ha tenido cortapisas? Y no tengo por qué callar; yo les pregunto a ustedes si ¿es corriente que un Presidente se someta a las preguntas que quieran, sin un cuestionario previo, y dispuesto a contestarlas? Yo creo que no es habitual. Sin embargo, muchos de ustedes aceptan que se publique, en muchas partes del mundo, que aquí no hay libertad de información.

Esto es lo que me mueve a contestarle así, porque yo pienso que los periodistas, sobre todo los representantes de medios informativos, están sujetos a una ética que no pueden desconocer y a una moral profesional que tiene un valor. Por eso es que también yo apelo a que ustedes contribuyan a deshacer la imagen distorsionada que con intención aviesa se quiere formar de Chile y del gobierno popular.

La Reforma Agraria

Gustavo Adolfo Ruecar, de Telemundo 12, Montevideo, Uruguay: Señor Presidente: la opinión pública de mi país sigue con profundo interés el proceso que está viviendo en estos momentos Chile. Lógicamente, no tiene otra forma de información que no sea aquélla que proviene de las agencias informativas. A través de ellas existe inquietud por saber cuáles son las razones que tienen lugar, por parte del gobierno, con respecto a la ocupación de los fundos. Se habla mucho de eso en el exterior. Si la ocupación de los fundos es totalmente ilegal, si el gobierno la tolera o no la tolera, cuál es la actitud del gobierno con respecto a la ocupación de fundos.

Allende: Nosotros hemos explicado claramente la posición del gobierno; hemos dicho que la actitud nuestra está marcada claramente por las distintas disposiciones legales contenidas en la Ley sobre Reforma Agraria. No sólo lo hemos expresado verbalmente, sino que lo hemos dicho por escrito y nuestra actitud la conocen muy de cerca los dirigentes patronales de los organismos que cobijan o agrupan a los dueños de predios, fundamentalmente la Sociedad Nacional de Agricultura, que tiene ramas en el norte, centro y sur del país.

Hemos afirmado que terminaremos con el latifundio, que es nuestro propósito expropiar este año mil latifundios, fuera de haber expropiado ya 526 mil hectáreas en Magallanes, de una Sociedad Anónima -la “Tierra del Fuego” -. Además, haber dictado un decreto en relación con las zonas fronterizas que incorpora 326 mil hectáreas en regiones que tienen muy baja densidad de población, donde las condiciones de vida de la gente que trabaja, sobre todo en los aserraderos, es muy mala, es pésima, en zonas donde las posibilidades de contrabando se hacen muy manifiestas y en donde, además, se han estado destruyendo las riquezas de bosques naturales que se debieran preservar.

Fuera de esto, hemos afirmado, rotundamente, que los pequeños y medianos productores nada tienen que temer. Ahora, es cierto que ha habido ocupación de predios. Esto, que hasta hace unos veinte días tenía caracteres muy agudos, ha disminuido bastante, ya que ha encontrado una explicación. En primer lugar, el campesino ha sido postergado, diría yo engañado; el espejismo de una Reforma Agraria lo vivió en el gobierno anterior, en donde se realizó en una forma muy lenta, sin satisfacer las apetencias de tierras de los campesinos.

Se habló de que se iban a hacer 100 mil propietarios; no creo que hayan hecho ni 10 mil. El campesino, entonces, estimulado por los planteamientos de los sectores mayoritarios, vale decir las fuerzas populares e inclusive, por cierto, la Democracia Cristiana, y aun sectores del Partido Nacional, que sostenían que ellos habían dictado el primer proyecto de Reforma Agraria, ha creído que era justo que tuviera acceso a la tierra.

Por primera vez

Tome en cuenta el medio cultural en que han vivido y viven y piense que durante siglos los campesinos y sus antepasados han reclamado un pedazo de tierra. Agréguese a esto que hay zonas donde el proceso es mucho más conflictivo, por condiciones raciales, etnológicas, como es el caso de los mapuches, de los araucanos en la zona de Cautín; gente a quienes arbitrariamente se les despojó de sus tierras, que son ciudadanos de cuarta o quinta categoría, que están en situación disminuida frente a la propia ley, que cuya existencia está marcada por una desmoralización absoluta, por miseria física, miseria fisiológica y miseria moral.

Es la primera vez que esta gente tiene la posibilidad de expresarse y ver que es posible que sus anhelos se satisfagan. Además, tratan de recuperar la tierra que les perteneció a los suyos.

Para esa gente, es difícil entender lo que es el peso de la ley y de la necesidad de aceptar. Para nosotros existía un problema, que hemos querido -no podíamos hacerlo, de acuerdo con nuestras convicciones- y no lo haremos, que es la utilización de ruedas represivas.

Nosotros hemos creído que, a pesar de la incultura, del retraso en que una sociedad injusta ha mantenido a sectores de campesinos y fundamentalmente a los mapuches, nosotros podíamos hacer que se entendiera nuestro lenguaje y nuestra decisión de cumplir los compromisos que implica el programa dela Unidad Popular sobre Reforma Agraria. Y hemos demostrado que teníamos razón.

La ocupación de los fundos en una huelga ilegal, en la Provincia de Llanquihue, nosotros advertimos a los sectores de la Democracia Cristiana que esto iba a ocurrir, ya que la organización campesina era dirigida por ellos. En una reunión de prensa, el ministro del Interior lo hizo conocer al país. Les pedimos que tomaran las medidas del caso para que se evitara este hecho, que podía tener complicaciones graves. Pues bien, no ocurrió así y este sector de la Democracia Cristiana procedió a ocupar estos fundos. Nosotros utilizamos la ley y enviamos fuerzas con criterio preventivo, enviamos fundamentalmente a funcionarios y dirigentes campesinos para que conversaran con sus compañeros. Y los campesinos de la Unidad Popular se movilizaron rechazando este hecho, pero sin llegar a un enfrentamiento que nunca lo hubiéramos aceptado.

El problema se solucionó y no ha habido ahí ningún herido, ningún detenido. Estamos satisfechos de haber encontrado un camino justo y una solución también justa.

Diálogo

Detuvimos, por ejemplo, una ocupación de 300 fundos en la zona de Colchagua. ¿De qué manera? Hablando con los dirigentes; diciéndoles que si esto ocurría, además de crearse un problema social muy serio, muy grave, además de poder precipitar un enfrentamiento con los patrones, el proceso de la producción agrícola se lesionaba. Y que mucha gente piensa que esto va a ocurrir, frente a la incertidumbre justa de algunos agricultores, no se prepara el campo para la siembra. Y hay otros, los menos por cierto, que están en actitud de resistencia.

Pero el campesino ha entendido que es fundamental y esencial que ellos contribuyan al proceso de Reforma Agraria y que ellos tengan conciencia de que necesitamos una tierra que produzca más, en un país que tiene que importar 160 millones de dólares en carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite. En un país donde hay un porcentaje alto de chilenos subalimentados y en un país donde hay 300 mil niños retrasados mentales, porque no reciben proteínas en los primeros ocho meses de vida.

Este es un proceso que, para nosotros es mucho más difícil. Primero, porque tenemos conciencia de lo que implica el hecho de que hay tantos y tantos chilenos en condiciones de subalimentación. Por otra parte, la necesidad de que el campesino entienda que la Reforma Agraria forma parte de un proceso de desarrollo económico. Y que Reforma Agraria no es sólo tomar la tierra, además que estas tomas de tierra no se pueden hacer indiscriminadamente; que hay que respetar una disposición legal. Y que nosotros, dentro de esta disposición legal, hemos acelerado al máximo lo que hemos podido hacer. Seguiremos con ese criterio y en ese camino.

Creo que lo que ha realizado el gobierno popular en estos meses señala que muy pocos países en el mundo, en tan breve plazo y dentro de un régimen burocrático burgués, han hecho lo que hemos hecho nosotros.

Antecedentes serios en el cobre

Radio holandesa: La oposición está intentando demostrar que el socialismo y la democracia son cosas contradictorias. ¿Cuáles son ahora, en este respecto, los principales conflictos entre la Unidad Popular y la oposición?

Allende: En realidad, yo no podría hablar de conflictos propiamente tales. Lo que hay es una oposición que hace una crítica, a veces justa, muchas veces injusta en contra del gobierno frente a las dificultades, a los problemas que se han creado en la comercialización del cobre.

Nosotros vinculamos esto con el pensamiento de algunos sectores, que estiman que Chile no debe nacionalizar sin apellido sus riquezas fundamentales.

Yo creo que es allí donde se ha centrado una campaña, que lamentablemente perjudica a Chile y no al gobierno, desconociendo que ha sido el gobierno y he sido yo, como Presidente, el que ha señalado la necesidad de una amplia investigación a fin de dejar en claro quién, desde dónde y por qué se ha agredido a Chile y al gobierno con la tentativa, a mi juicio delictiva, de crear en el campo internacional dudas respecto a la manera cómo el gobierno popular conduce o conduciría la comercialización y la explotación en las minas del cobre.

Ustedes comprenden que, de los hechos que ya el país conoce, se puede sostener que prácticamente ha habido una emisión inorgánica de cobre, por así decirlo, ofreciéndose en el mercado internacional a un precio inferior al mercado de Londres cantidades siderales que no han existido jamás, ni en Chile, ni en ninguna parte en disponibilidad de esos comerciantes.

Esto es, a mi juicio, el punto más álgido, más controvertido. Pero, esto está entregado, por voluntad nuestra, a la Contraloría General de la República y a la justicia. Esperamos su veredicto. Ustedes ven que hasta ahora los que están presos no han logrado, ni ante el juez ni ante la Corte de Apelaciones ni ante la Corte Suprema, salir en libertad. Quiere decir que habrán antecedentes suficientemente serios como para que estén a buen recaudo.

Franco Nenccini de Época de Italia: En una entrevista de Le Monde, señor Presidente, usted no excluyó la posibilidad de un enfrentamiento sangriento entre la derecha y la izquierda en este país.

Allende: No. Yo no he dicho nunca eso. He dicho que nosotros responderemos dentro de la ley a los sectores opositores que actúen dentro de la ley. Responderemos también con la ley a aquellos que pretendan salirse de la ley. Si se salen de la ley y actúan directamente, nosotros hemos dicho que a la violencia reaccionaria opondremos la justa y legítima violencia revolucionaria. Pero, en respuesta a lo que hagan, primero utilizando los resortes legales para aquellos que actúan dentro de la ley y aun para aquellos que se salgan, que estén conspirando; aquellos que actúen directamente, recibirán la respuesta de un pueblo que tiene derecho a defenderse. Y utilizaremos, por cierto, las fuerzas que legítimamente tiene el gobierno; porque la Constitución y la ley establecen que esas fuerzas, en el caso de Chile, respetan la Constitución, las normas jurídicas y la voluntad del pueblo expresada en las urnas.

Respetamos la autodeterminación

Village Voice, de Nueva York: ¿Qué consecuencias puede tener en los países de América Latina la experiencia chilena, para los gobiernos y para las juventudes militantes?

Allende: Nosotros hemos dicho que respetamos la autodeterminación y somos partidarios de la no intervención. Ahora, si en otros países hay condiciones para que se produzca la Unidad Popular, es problema de esos países; y si van a usar una táctica como la nuestra, tendrán que hacerlo por voluntad de los dirigentes políticos de esos países. Pero para que esto ocurra, indiscutiblemente, tienen que haber algunas condiciones que no son habituales. Tiene que haber partidos políticos, tiene que haber organizaciones sindicales, tiene que haber corrientes de opinión pública que se expresen libremente. Tiene que existir ampliamente el juego, inclusive, de la democracia burguesa.

Ahora es posible que dentro de los países de Europa, como usted mismo, lo ha dicho, Italia o Francia, las corrientes políticas piensen, que en el camino de la unidad hay una posibilidad de victoria electoral. Eso será problema de ellos, no es problema nuestro. Ahora si esto ocurre y obtienen una victoria, en buena hora. Lo que nosotros estamos haciendo es un camino chileno, para una realidad chilena. Y si esto, como experiencia se refleja, porque los dirigentes de otros países quieren aprovechar nuestra experiencia y tienen condiciones reales de convertirla en una verdad política, bien; en buena hora. La juventud verá que se abre un camino, que hasta ahora no lo había recorrido ningún pueblo. Y ella tiene una gran responsabilidad, porque indiscutiblemente la presencia, el dinamismo, la conciencia revolucionaria en la juventud la necesitamos, porque es la fuerza más sana, es la fuerza más comprometida. Es el presente, pero es más que nada el futuro. Es el socialismo y por eso que nosotros estamos muy satisfechos de que la juventud haya emprendido lo que representa esta etapa que vive Chile. Y no sólo de la juventud de la Unidad Popular, sino que juventud sin domicilio político y aun sectores de la juventud de la propia Democracia Cristiana, lo cual nos parece muy grato.

De wing izquierdo

Revista Vistazo, de Perú: Compañero Allende. Yo vengo del Perú representando a la revista Vistazo. Nosotros tenemos un particular interés en el proceso chileno, porque nos sentimos fraternalmente vinculados a ustedes, toda vez que estamos haciendo una experiencia.

Fundamentalmente nos interesa saber, porque nosotros pensamos que en estos próximas elecciones municipales podrían obtener el 60 por ciento de los votos, ¿cuáles serían las medidas que tomaría el gobierno para elevar la participación de las masas populares en su gobierno?

Allende: En primer lugar, quiero felicitarlo por el ingenio que tiene esta revista al hacer un equipo de fútbol, de tipo mundial. Mi problema es saber de qué juego yo; pienso que será de wing izquierdo.

Nosotros no le hemos dado a la lucha eleccionaria de abril próximo un carácter plebiscitario.

Primero, porque estas elecciones no son elecciones con definición política: influye extraordinariamente la persona del candidato, y lógicamente, tratándose de elecciones municipales, hay hombres o mujeres de algunas actividades que tienen posibilidades al margen de su función política, de captar sufragios. Por ejemplo, un médico, un farmacéutico, un dentista, por su propia profesión, por la ayuda que prestan, están en condiciones de tener más posibilidades que un dirigente obrero que está limitado por su trabajo. No son elecciones esencialmente políticas; sin embargo, no hemos negado la importancia que tienen y no hemos olvidado que en la historia, elecciones municipales han significado cambios profundos en algunos países.

Aquí en Chile, el Presidente Frei, en determinado momento de la vida política nacional dijo que las elecciones municipales eran un plebiscito y del punto de vista del resultado, perdió el plebiscito. No es que yo tenga temor, sino porque creo que no se le puede dar a estas elecciones, que no tienen una definición política, el carácter de un plebiscito, de un referéndum nacional.

Sin embargo, no niego la importancia de la significación que tiene que las fuerzas expresen su poderío, que no es real en el sentido del contenido político que representan por las razones que le he dado.

Se fortalece la Unidad Popular

De todas maneras, yo puedo asegurar, y creo no equivocarme, que la Unidad Popular va a ver fortalecido su caudal electoral y he dicho que esto es necesario y conveniente. Y he agregado que los hombres de la Unidad Popular deben entender que la victoria de un candidato es la victoria de la Unidad Popular y que la lucha debe estar más allá de las fronteras, por cierto políticas, de los partidos, para afianzar la unidad y mucho más allá de las ambiciones personales.

Además, he dicho que estas elecciones deben estar destinadas a movilizar a los sectores populares, a las masas, elevando su conciencia política, dándole a estas elecciones el contenido de la tarea que van a tener que desarrollar esas masas a partir precisamente de abril; cuando nosotros tengamos la certeza de que un porcentaje muy alto de chilenos, va a apoyar aun en estas elecciones al gobierno, a través del sufragio.

Ahora bien, si nosotros hemos dicho que debemos movilizar a las masas elevando su nivel político, queremos señalar con mucha claridad que lo que hay que hacer en este país no lo hace ni un hombre, ni aun los seis partidos que están en el gobierno, ni aun teniendo un apoyo cercano al 50 por ciento o más de los votantes, si es que obtenemos esa cifra en las elecciones municipales. Lo que tenemos que hacer lo hace sólo un pueblo disciplinado, organizado, consciente, con espíritu de sacrificio, entregado con voluntad heroica al trabajo, aumentando la producción.

Responsabilidad obrera

Es por eso que también nosotros hemos señalado que la presencia de los sectores populares no sólo puede y debe estar expresada en los partidos que representan a las masas populares, sino que también en la Central Única de Trabajadores, en los organismos sindicales, en las Juntas de Vecinos, en los pobladores, en los Centros de Madres.

Y hemos demostrado en el hecho que lo que dijéramos es verdad; por ejemplo, en el Consejo de Desarrollo Económico está representada la Central Única de Trabajadores, que a su vez representa las actividades de obreros, campesinos, empleados y profesionales. Lo hemos demostrado no sólo porque hay cuatro ministros que son obreros, en el gobierno, sino que están en el gobierno los partidos que esencialmente representan mayoritariamente a los trabajadores. En seguida, con la nominación, la designación en los directorios de las empresas estatales de obreros. Les puedo decir a ustedes con qué satisfacción he visto cómo se ha desempeñado el gerente de la Compañía Carbonífera Lota-Schwager, que es un obrero que hasta ayer trabajaba como barretero y que ha tomado medidas muy significativas y que desde luego ha denunciado un robo escandaloso que se estaba haciendo por determinada empresa acarreadora de carbón. En seguida ha denunciado algunas personas que tienen, por resolución de la Compañía, derecho a una cantidad determinada de consumo de carbón. No lo empleaban, porque en lugar de carbón tienen gas licuado, pero que les vendían a estos intermediarios sus derechos y éstos, a su vez, le vendían a la Compañía. Todo esto ha sido esclarecido y demuestra la conciencia de los trabajadores.

Pero esto se expresa mucho más claro y mucho más significativamente cuando yo voy al carbón y le digo a los trabajadores que en este gobierno va a hacer posible que el carbón sea de Chile y de los chilenos en esencia, porque forman parte del pueblo. Su respuesta es además de una emoción que se expresa en lágrimas de un viejo minero que quiere dedicarse a trabajar más. Y cuando yo les digo que de 3 mil 200 toneladas al día hay que elevar a 4 mil 700 toneladas, la respuesta es unánime, advirtiéndole compañero que en esa zona, por cada hombre que trabaja hay un hombre cesante; y hay hombres que trabajan que tienen no sólo que alimentar a los suyos, sino a otros trabajadores.

Los voluntarios

Es una de las zonas más pobres de Chile. Puedo agregarle que han tomado algunas medidas que indiscutiblemente a uno le producen profunda satisfacción, más allá de las relacionadas con el trabajo. Están dispuestos a hermosear la ciudad de Lota, envejecida prematuramente con casas que son una ruina. Consultaron los precios para pintarla y resulta que las empresas cobraban cantidades fantásticas. Ahora están pintándola quienes, en horas voluntarias, mujeres, jóvenes y hombres que se van a pintar las poblaciones con un tercio o un cuarto del costo. Esto demuestra que la gente tiene además el anhelo, el deseo de vivir en condiciones distintas y que empiezan por cosas tan simples, pero tan significativas; el cambiarle el rostro a su propia ciudad, ciudad negra no sólo por ser del carbón sino por la explotación de la gente y que hoy día tiene la luz esperanzada de que los trabajadores están dirigiendo sus propias empresas.

Mañana dictaremos una ley que establezca que en el Directorio de las empresas, ya sean grandes o medianas, participen los obreros, como ya lo participan en el salitre, en el cobre, pero que sea general, y aun en aquellas empresas debe haber un comité de cooperación, porque el obrero hombre o mujer que trabaja no es una máquina, es un ser humano; su experiencia, su capacidad debe contribuir. No puede estar indiferente un obrero de lo que pasa en una industria. Y vamos a organizar los comités en defensa de la producción y la única garantía que tenemos, ¿cuál es? La conciencia de los trabajadores. Ellos van a defender la producción, porque ellos tienen ya cabal conocimiento de que sólo produciendo más este país podrá romper el subdesarrollo, la incultura, la explotación y la miseria.

Camino al socialismo

Alan Hower, Television News Service, de Nueva York: Quería seguir más o menos la pregunta del compañero de Perú. Uno de los propósitos del Programa de la Unidad Popular es abrir el camino al socialismo. ¿Qué son las precondiciones necesarias para tener en Chile una República de obreros y campesinos?

Allende: Nosotros no hemos hablado nunca de una República de Obreros y Campesinos.

Hemos hablado siempre de un gobierno de Trabajadores y no circunscribimos a los obreros y campesinos la responsabilidad del manejo y la intervención en el gobierno. Pensamos que los empleados, los técnicos, los profesionales, los pequeños y medianos comerciantes e industriales son fuerzas sociales que deben estar y están con nosotros para la gran tarea nacional que tenemos.

Es muy distinto a la posición de los sectores de la alta burguesía, a los sectores de la oligarquía vinculados al capital foráneo o a los terratenientes, a estos sectores que le he enumerado.

Nunca hemos hablado nosotros, compañeros, de una República de Obreros y Campesinos.

Hemos hablado de los trabajadores en el gobierno y esto es bueno que lo entendamos.

Ya le he definido lo que entendemos por trabajadores: todos aquellos que viven de su propio trabajo, de su propio esfuerzo y no fundamentalmente de la explotación del hombre por el hombre.

Conflictos con USA

Henry Mandow, de la Compañía CBS de Televisión, de los Estados Unidos: ¿Cree usted que el problema de la nacionalización del cobre podría provocar conflictos entre su gobierno y el gobierno de los Estados Unidos?

Allende: No lo creo; ni lo deseo. Fundamentalmente no lo deseo. Ahora me parece ilógico que esto se provocara, desde el momento que éste es un gobierno surgido por la expresión democrática de la voluntad de Chile expresada en las urnas y en el Congreso Nacional. Que nosotros vamos a nacionalizar el cobre dentro de las leyes, y más que eso, de una reforma constitucional, que además han contribuido a despachar esta ley no sólo los sectores de la Unidad Popular, que son minoritarios en el Congreso, sino que con fuerzas como la Democracia Cristiana. Por lo tanto, si se respeta el derecho del pueblo expresado en las urnas, es un gobierno elegido por el pueblo, ¿por qué va a haber conflicto?

Además, nosotros no queremos apropiarnos de las inversiones americanas. Nosotros queremos estudiar cada caso y dar una indemnización de acuerdo con la realidad de los aportes, de las utilidades excesivas, de la reinversión, etcétera. Además, estamos actuando dentro de un campo ya definido por acuerdos internacionales en las propias Naciones Unidas.

Entonces, ¿dónde estaría el problema? En otra parte no puede haberlos.

Nosotros creemos que lógicamente Estados Unidos respetará la decisión expresada por Chile, a través de la ley en un país que tiene un Congreso que dura ininterrumpidamente más de 120 años.

En favor de Chile

Trataremos entonces nosotros de que no haya ninguna dificultad y si la hay no será de parte nuestra. No tenemos ningún prejuicio. Nosotros no hacemos la expropiación del cobre por revanchismo, no estamos actuando contra los norteamericanos. Estamos actuando a favor de Chile. Los excedentes que produce la economía nacional los necesitamos, porque no hay ningún país en vías de desarrollo o subdesarrollo que haya puesto atajo a la miseria de sus pueblos. No hay ningún país, cualquiera sea el gobierno -democrático o pseudo democrático o dictatorial- en este continente, que ha ya sido capaz de detener la inflación, que haya dado plenitud de trabajo, que alimente bien a la gente, que construya las viviendas, que levante las escuelas, que dé recreación y descanso a las mayorías nacionales. Cada vez la distancia que hay entre los países en desarrollo y los países de capitalismo industrial es mucho más amplia.

Entre los países en vías de desarrollo y el socialismo, también. Entonces, ¿cómo, de qué manera, hasta cuándo? Este es un continente riquísimo, sin embargo, las masas latinoamericanas viven la lacra de una existencia miserable. Ustedes saben que faltan 17 millones de viviendas; hay 11 millones de parados, el 67 o el 70 por ciento de los latinoamericanos se alimenta mal, los niveles de vida son inferiores a los de los países del capitalismo industrial y del socialismo; hay 140 millones de semianalfabetos o analfabetos.

América Latina exporta capitales siendo un continente que vive con las manos tendidas pidiendo que le presten unos cuantos milloncitos, que por lo demás se presta siempre con intereses más o menos altos y a veces con amarras que obligan a comprar en el país que presta, a tomar los fletes y los seguros, en circunstancias que perjudican al país que solicita esta ayuda. Además sabemos perfectamente bien que en América Latina en los últimos años se han ido muchos más millones que los que se han ingresado por inversiones o por préstamos. Entonces tenemos la paradoja que países en vías de desarrollo somos exportadores de capitales.

Esto no puede continuar, a juicio nuestro. La gran ventaja está en que nosotros queremos hacer estas cosas dentro de la realidad chilena y siendo cauce para orientar las necesidades de un pueblo, y no un dique para contener las necesidades sociales del país. Y esto tiene que entenderlo, porque este continente está viviendo una etapa de un polvorín o de un volcán que puede estar en erupción. Por eso, lo que nosotros estamos haciendo puede ser un camino, puede ser una solución con todas las dificultades que entraña.

Solución está en los cambios

Agustín Oyarzun, revista Aquí está: Señor Presidente; cuando usted llegó a La Moneda entraron con usted al gobierno las masas laborales de Chile; ¿cree usted que el obrero tiene conciencia de su misión de cogobernante?

Allende: Evidentemente. O si no, no habría firmado el compromiso de la Central Única de Trabajadores con el gobierno. Compromiso que es una responsabilidad. Aceptar en los sectores públicos el reajuste, que es el que había señalado el gobierno. Al mismo tiempo señalar que la ley de reajustes no es sino un paliativo y que la solución de los problemas estaba en los cambios estructurales y manifestar su disposición para contribuir a ello.

Los obreros, a mi juicio, tienen la responsabilidad del cogobierno cuando no sólo en el carbón, sino en el cobre, salitre, y en las distintas industrias están expresando su decisión de producir más. Le voy a poner un ejemplo: aquí hay una industria que produce alimentos para aves que se llama Purina. Esta industria, en que hay capitales extranjeros y capitales nacionales, tenía una producción disminuida en relación con las posibilidades de su propia producción; más que eso, tenía abandonadas instalaciones en las cuales podían o debían haberse hecho crianza de pollos y de aves. Se produjo un conflicto, se intervino, y esa empresa está en manos de los trabajadores. Ha aumentado extraordinariamente su capacidad de producción y está produciendo a plenitud. El abastecimiento para las cooperativas avícolas se ha hecho normal, ninguna de ellas ha reclamado de los tiempos de entrega ni de la calidad de lo que entrega y además han habilitado las instalaciones que estaban ociosas y tienen más de 100 mil pollos o aves en estos instantes. Esos, son los obreros.

De la misma manera que en Concepción, en la Empresa de Paños de Tomé, que fue la primera que expropiamos. Los obreros han trabajado un domingo gratis, cada uno de ellos en tumos, para hacer que las máquinas que estaban parcialmente deterioradas o abandonadas se pusieran en marcha. Ya han alcanzado niveles que satisfacen las expectativas que nos habíamos fijado nosotros y, más que eso, que las superan.

He estado en la Lanera Austral, otra empresa textil que producía solamente acrílicos allá en Magallanes, y la sección de lana de esa empresa estaba paralizada y los obreros la han echado a andar. La sección acrílico ya tiene tres turnos y es básico ya que es materia prima para algunas empresas aquí en el centro, pero además han echado a andar la sección lana, que nunca caminó. Y así, le podría enumerar tres o cuatro cosas más. Los obreros tienen conciencia porque saben que éste es su gobierno. Que no hay un criterio paternalista. Ellos son la fuerza dinámica, el motor y, al decir obrero, digo trabajador una vez más.

Life: Los Estados Unidos están manteniendo con respecto a Chile una actitud de atenta observación acerca de lo que sucede en Chile, pero, al no emitir opiniones, ni hacer nada al respecto, ¿cuál es su reacción ante esta actitud de los Estados Unidos?

Allende: Observar.

Interesante experiencia

Diario Arriba, de Madrid: ¿Cómo puede un gobierno, que tiende hacia el socialismo, resolver a corto plazo la contradicción que supone basarse actualmente en un sistema de parlamentarismo burgués? ¿El gobierno no puede convocar a un plebiscito, disolver el Congreso y, cumpliendo con el programa, realizar la Cámara Única?

Allende: Eso es lo importante y lo interesante de la experiencia chilena. Tradicionalmente los países que han llegado al socialismo lo han hecho en luchas violentas, algunos en guerra civil.

Nosotros, dada la idiosincrasia, la modalidad y la evolución política chilena, hemos buscado este camino porque creemos que él es factible, en nuestra realidad. Por eso que hemos dicho a veces, que no se puede exportar Unidad Popular, porque para que haya Unidad Popular se requieren las condiciones mínimas que no son muy corrientes: Que haya Congreso, que haya partidos, que haya organismos sindicales, etcétera, que haya corrientes de opinión pública.

Creemos indiscutiblemente que es más difícil caminar hacia el socialismo cuando se tiene el esquema de una democracia burguesa. Nosotros lo dijimos muy claramente en la campaña electoral. Dentro de los cauces legales, vamos a dictar las nuevas leyes. Dentro de las normas constitucionales chilenas, la nueva Constitución. Y tenemos un recurso que es el plebiscito. Lo utilizaremos si es necesario, cuando sea necesario, y a lo mejor no es necesario. Ahí está, esto que es la vía chilena, que es por lo tanto -reitero- no utilizada por otros pueblos. Pero si da los resultados que nosotros anhelamos, significa ahorrar mucho sufrimiento y muchos dramas individuales y colectivos.

Responsabilidad del cobre

Expreso y Extra, de Lima: Recientemente usted se refirió a la actitud que en la toma de algunos fundos habla tenido un sector de la Democracia Cristiana. Por otro lado en estos días han aparecido en el diario La Prensa informaciones bastante destacadas acerca de la baja en la producción del cobre y ha habido insinuaciones de parte de ciertos personeros de la Democracia Cristiana, en el sentido de que esta baja sería responsabilidad del gobierno de la Unidad Popular. Mi pregunta tiene dos aspectos: 1) Le ruego que usted señale las verdaderas responsabilidades en este asunto de la baja de la producción o de las dificultades que han sido denunciadas con relación a la producción del metal rojo; y 2) ¿Cómo definiría la actitud política de estos sectores de la Democracia Cristiana?

Allende: Es efectivo que ha habido disminución de la producción del cobre en una de las minas; la mina de El Teniente. En Sewell, provincia de O’Higgins. Pero habitualmente se produce esta disminución en los meses de febrero. Porque parte de los trabajadores está de vacaciones. Además, en este caso se produjo porque hubo un accidente que deterioró trozos o sectores de una de las faenas importantes. Pero debo decirles que nosotros no administramos esa mina. Está todavía en poder de los administradores que son norteamericanos por acuerdo de los convenios. Ahí esa mina, está administrada -a pesar de que se adquirió el 51 por ciento de las acciones-se estableció un compromiso en que administrarían los norteamericanos por un número determinado de años. Y romper esos compromisos implica pagar una cantidad elevadísima de millones de dólares. Los americanos están administrando esa mina y si se ha producido disminución de la producción, no es culpa nuestra. ¿Quién la administra? Ellos. Ellos deben responder entonces, porque a ellos les ha sucedido eso. No nosotros. Ahora bien, en Chuquicamata y El Salvador no ha habido disminución de la producción. En el caso de Chuquicamata fuimos a hablar con los técnicos americanos. Se les planteó la necesidad, la conveniencia que se quedaran trabajando. A ellos se les abren mejores expectativas a través de las empresas que en distintas partes del mundo tienen estas poderosas compañías. O sea que voluntariamente ellos se han querido ir.

Nosotros, tan sólo en esta semana, hemos designado a gente nuestra que está a cargo de Chuquicamata. Ahora ustedes deben comprender, qué difícil es para un país, que no tiene especialización técnica elevada, donde inclusive sus ingenieros no pudieron llegar sino que a determinados niveles, porque nunca conocieron la plenitud, lo que es el manejo y el desarrollo de una industria de la importancia Gomo es la cuprífera. Porque sólo los ingenieros chilenos pudieron -repito- alcanzar determinados tramos de la responsabilidad. Ahora tienen que tomar en sus manos nada menos que la mina más grande del mundo a tajo abierto. Por eso he llamado públicamente al Colegio de Ingenieros, porque yo pienso que los profesionales chilenos tienen la dignidad y encontrarán los medios de adquirir rápidamente la capacidad para defender las fronteras económicas de nuestra Patria. Y además están los trabajadores. En ellos descansamos y es por eso que también he dicho que en los directorios ahora hay obreros, hay técnicos, hay representantes en las Fuerzas Armadas. Todos ellos están cooperando a este gran proceso, al desarrollo económico nacional, pero nosotros no somos responsables de lo que ha ocurrido en El Teniente. Allí hay una administración norteamericana y está el mismo señor que estaba allí hace diez años. Y respecto a su segundo aspecto, prefiero no referirme a ello.

Un ser humano

l. Kayminin, de Izvestia, Moscú, URSS: Una pregunta muy íntima: ¿Cuántas horas trabaja usted cada día?

Allende: Tengo la ventaja de que me puedo desdoblar. Trabajo como Presidente algunas 14 horas y algunas horas puedo aligerarme de la tremenda responsabilidad de ser Presidente, y eso me produce descanso. Cómo, conversando con la gente, haciendo deporte, jugando ajedrez, leyendo libros, viendo una película de cowboy.

Soy un hombre, es decir, soy un ser humano, con todas las debilidades de los seres humanos.

Pero a mí me estimula la confianza que el pueblo me entregó. Por eso a veces trabajo más de lo necesario, según algunos médicos amigos, políticos amigos. Pero trabajar por su Patria y por el pueblo, no produce cansancio.

La banca

Es evidente que uno de los factores más importantes de las transformaciones que ahora realiza su gobierno es poner fin al poder financiero de los bancos privados. ¿Cuáles son los primeros resultados de esta transformación?

Allende: Desde luego que hemos buscado un camino bastante original que ha dado resultados satisfactorios en un porcentaje alto. Sin embargo, si se piensa que en Chile existe un Banco del Estado y se piensa que ya hemos adquirido totalmente algunos bancos y que tenemos una influencia apreciable en los otros, la eficacia de esta política de estatizar el crédito no la podemos ver de la noche a la mañana. Pero, indiscutiblemente, ya se ha sentido la concepción nuestra de una nueva política crediticia. Hemos rebajado el interés del dinero que en Chile era muy alto; alcanzaba hasta a un 38 por ciento, lo hemos fijado en un 25 por ciento. Además abrimos líneas de créditos especiales, ¿para quiénes?, para productores pequeños, agricultores, industriales y comerciantes pequeños, medianos, créditos a largo plazo. Además, tenemos que dar crédito sobre la base de la capacidad del hombre que nunca ha tenido dinero, pero que tiene ideas y que tiene solvencia. Queremos crear Bancos especializados en determinados rubros de la especialidad: Banco del Pequeño Comercio, Banco de la Industria, Banco Agrícola, etcétera.

Hemos dicho que en Chile el crédito ha estado concentralizado y especialmente localizado aquí en Santiago, caro en relación con la densidad de la población, pero en provincias se ha hecho sentir muchas veces lo restringido del crédito, en provincias que tienen una producción alta y que no han podido desarrollar sus actividades precisamente por lo caro del interés y por las pocas posibilidades de acción del crédito. Usted comprende que estamos todavía en un proceso que termina el viernes, me parece, que es el día final para que nosotros hagamos un balance y cuántas son las acciones que se nos han vendido de las distintas instituciones bancarias.

Ahora toda esta política está relacionada con la política del Banco Central, con la política de divisas, etcétera, etcétera. Lo único que le puedo decir es que no va a ocurrir lo que ocurrió precisamente en el mes de octubre del año pasado en que salieron de Chile más o menos 17 millones de dólares, me parece, puede ser que la cifra está equivocada; con gente que solicitó divisas al Banco Central, que habían encontrado una manera muy fácil de ganar dinero: pedir divisas para ir a Argentina, a Uruguay y a otro país de América Latina; viajar de día; vender en la Bolsa Negra los dólares, a través de empresarios que habían encontrado el camino fácil y, lo que es más grave, que recibieron los dólares y no salieron de Chile. Usted comprende que nosotros hemos tomado las medidas para evitar este éxodo, esta especulación y este atentado contra la economía chilena.

Bueno, la explotación del hombre por el hombre no me gusta, así que ya creo que ustedes me han acribillado bastante.

La confesión

Señor Presidente: quien habla es además crítico cinematográfico y hay un tema que, por lo tanto, me interesa doblemente. Ha circulado en el exterior la información de que un film, concretamente La Confesión, de Costa Gavras, había sido prohibida su exhibición en Chile por una decisión gubernamental. ¿Qué hay de cierto en esa información?

Allende: Usted reclama una confesión. Vaya, confesión. Falso de falsedad absoluta. ¿Le basta?

¿O quiere que le dé más antecedentes? ¿En qué… por qué, en qué se basan? Hasta ahora yo he visto solamente afirmaciones y desmentidos, precisamente de la gente que podía haber exhibido la película. Hoy el diario La Prensa dice que yo he llamado a un señor de apellido Ashton, de la radio Minería o Agricultura, para impedirle que se transmitiera un arreglo radial, por así decirlo, de esta película. He llamado a este señor y le he dicho: “Creo que por primera vez oye usted mi voz por teléfono. Soy el Presidente Allende. ¿Usted la ha oído antes?… No señor… ¿Yo he hablado con usted alguna vez?… No, señor… Entonces, ¿qué va a hacer?… Yo voy a hacer un desmentido, señor… Hágalo fuerte, le dije. Si acaso quiere le presto un adjetivo. Le regalo un adjetivo, para que califique a esta gente. Así se procede. Yo no he prohibido que se dé esa película. Pero yo les puedo decir y voy a decírselo al país, que aquí no se han exhibido una serie de películas y no he oído nunca un comentario que significara una explotación. Por ejemplo, ¿usted no vio Sor Teresa de Los Ángeles?, que dicen que es una película extraordinaria. Si se pensó que hería sentimientos religiosos, y era así; yo pienso que efectivamente es posible entender que ojalá no se hirieran nunca las creencias de la gente, ¿verdad? No conozco La Confesión. No la he visto. Hace 48 horas denunciaron que se había pedido esa película a mi nombre y me apresuré a decir que yo no la había pedido. Si la quieren dar, los que tienen derecho de darla, que la vean. Ahora yo, y se lo digo sin que usted me lo pregunte, no creo que pudiera influir en el resultado de las elecciones. Pero creo que esa película puede crear un clima, se puede prestar para una provocación.

Provocación

¿Quién le dice a usted que mañana, si se da esa película, gente interesada en crear dificultades no es capaz de levantar una provocación, armarla en un cine y tirar una bomba incendiaria que pueda causar un daño brutal a la gente inocente o interesada en ver una película? ¿Quién le garantiza a usted que gente que ha sido capaz de asesinar al Comandante en jefe del Ejército de Chile -un hecho increíble en nuestra historia, repudiable- no sea capaz de hacer eso? Mi obligación, quizás, habría sido impedirla, pero si yo lo hubiera impedido habría asumido públicamente la responsabilidad. Si hay algo que acá se ha caracterizado en mi acción, en la vida, es decirle al pueblo lo que pienso y le habría dicho: esta película no se da por tal y tales razones en este estado. No porque crea que va a influir en las elecciones; este pueblo está maduro. La prueba está en que hemos ganado nosotros, contra la campaña de terror, de pánico, de comercio con el miedo, de indignidad y de mentiras. Por lo tanto, no creo que habría influido la película, pero sí yo habría temido la provocación.

Cuando una clase social es capaz de usar mercenarios, y de asesinar, no se detiene. Ya sabemos lo que es el incendio del Tercer Reich, y yo la confesión se la hago sin que me lo preguntaran pero también le agrego, compañero, que yo no la he prohibido.

Importancia de las Fuerzas Armadas

Como usted ha mencionado ahora el asesinato del General Schneider, y como hemos observado durante nuestro viaje a Punta Arenas su trato con las Fuerzas Armadas y lo que se ha hablado acerca de la participación de las Fuerzas Armadas en este proceso chileno del camino hacia el socialismo, ¿puede usted decirnos algo sobre esto, brevemente?

Allende: Las Fuerzas Armadas chilenas son fuerzas profesionales que jamás tratarían de politizarlas, desde el punto de vista de una doctrina partidaria. Lo que yo he dicho y sostenido es que esas Fuerzas Armadas profesionales, que tienen capacidad técnica, solvencia moral a lo largo de toda nuestra historia, deben desempeñar un rol de importancia en todo el proceso de desarrollo económico de Chile. Deben estar vinculadas al proceso del progreso nacional.

No hay Fuerzas Armadas poderosas en un país debilitado económicamente. No hay Fuerzas Armadas poderosas en un pueblo enfermo, diezmado por las enfermedades y por el hambre, y eso lo saben las Fuerzas Armadas chilenas. Yo no las halago, ¿por qué? Porque ellos tienen la dignidad de su propia responsabilidad, que las Fuerzas Armadas de Chile son Fuerzas Armadas profesionales, respetuosas de la Constitución y de la ley y yo, por disposición de la Constitución, soy el Generalísimo de las Fuerzas Armadas chilenas y ejerzo esa función en un diálogo con ellas, que es un diálogo al servicio de Chile y del pueblo.

Buenas tardes.