Salvador Allende

Salitre: Historia trágica. Discurso en la Oficina Salitrera Pedro de Valdivia 


Pronunciado: El 6 de febrero de 1971.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2 de febrero de 2016.


Hace ya largos meses estuve aquí, como candidato a la Presidencia, y dije con fe y con confianza que volvería como Presidente de Chile. Y aquí estoy queridos compañeros.

Estoy aquí, por la voluntad, la decisión de lucha y la abnegación de la mayoría del pueblo chileno. Quiero señalar que al término de la concentración que tuviéramos, lo dije públicamente, que reclamaba una votación de 3.000 votos en Pedro de Valdivia. Como era lógico Imaginarse, se les pasó el tejo, y sacaron más de 3.400 votos. Gracias, compañeros.

Es decir, una vez más el trabajador de la pampa y su mujer. La familia pampina encontró su gran conciencia de clase, su insobornable voluntad. Ustedes, compañeros y compañeras, contribuyeron eficazmente a la victoria, no de un hombre, sino que a la victoria del pueblo de Chile, porque en la lucha que estamos empeñados y la acción que tengo que desarrollar en nombre de ustedes, con la presencia del pueblo en el Gobierno, es una tarea histórica que estamos realizando para cumplir el programa de la Unidad Popular y defender al hombre y la mujer de la pampa. Por eso una vez más Chile entero iba a recibir esta lección de madurez y de responsabilidad, que en el día de hoy nos han entregado los trabajadores de la Pampa salitrera.

La responsabilidad

Ustedes han comprendido la responsabilidad que cada hombre y cada mujer de Chile tienen en la gran tarea común que estamos realizando. Ustedes, que llevan una vida dura y sacrificada; que saben del sol que quema y del suelo que abrasa; del frío de la noche y de la camancha, que penetra por lodos los poros; ustedes que han vivido el drama del trabajador, implacablemente explotado por una empresa voraz, que no sólo succionó al hombre, sino a las riquezas de Chile; ustedes superan el drama cotidiano de su propia existencia y dan un ejemplo al comprometerse ante la histona y Chile, de trabajar y producir más; de cumplir la gran tarea de un millón de toneladas de salitre y tres mil toneladas de yodo, que sólo ustedes con esfuerzo y sacrificio podrán producir.

Si ayer se estremeció la pampa por la lucha de los trabajadores -y Chile sabe que un Presidente mártir pago con su vida el anhelo de reservar para Chile las riquezas del salitre, pues Balmaceda escribió la página de la historia chilena con el más profundo y hondo sentido nacional-, el pampino reedita hoy día ese sentido, al saber y tener conciencia que el salitre es de los chilenos y que nosotros, al trabajarlo y al levantarlo de la postración en que se encuentra, vamos a dar un paso trascendente, no sólo en defensa del Norte Grande, sino que de Chile entero. No en vano, si ustedes sienten el legado patriótico de Balmaceda, no olvidan, y no lo podrían olvidar jamás, que todavía la sombra augusta de Luis Emilio Recabarren está presente en la conciencia y el corazón de los trabajadores de la Pampa salitrera.

Una historia negra

Lo que necesitamos es que se entienda que el caso del salitre es diferente al caso del cobre. La historia del salitre ha sido una negra y trágica historia para Chile y para ustedes compañeros de la pampa.

Siempre unos pocos nacionales y extranjeros vinieron explotando inmisericordemente a los trabajadores y, además, aprovechando al Estado chileno desde la época trágica de las ollas comunes y los albergues, hasta hoy, como un hilo no interrumpido, donde está marcada la incapacidad de los grupos dirigentes frente a esa industria y las ventajas increíbles que entregaron a los capitales foráneos que se apropiaron de las riquezas del salitre.

Todos sabemos cómo nació la COSACH y lo que significó el que se aceptara, con ventajas extraordinarias para ellos, la paralización de las pampas que aportaban. Todos sabemos que al cabo de tres años desapareció la COSACH, en una quiebra extraordinaria que pesaron sobre la COVENSA, las deudas de esa empresa y que la COVENSA, en su política, no defendió tampoco el interés de ustedes ni el interés de Chile y al cabo de 9 años la COVENSA significó 40 millones de utilidades para el capital extranjero y tres millones para Chile.

Todos sabemos que la política ha sido siempre la misma: valorizar los activos, inflar los activos, hacer pesar sobre el Estado la responsabilidad del pago de las empresas que han ido fracasando y obtener exención de tributos sobre la utópica participación de utilidades para el Gobierno. Yo me recuerdo que estuve aquí cuando se presentó al Congreso el Referéndum Salitrero y levantamos nuestra voz para decir que el Referéndum iba a significar la concentración del salitre en manos de la Anglo Lautaro: El Referéndum Salitrero no iba a ser, como se decía, la base de un proceso de desarrollo industrial que iba a convertir a la pampa en una gran industria química pesada. El tiempo nos dio la razón y los hechos demostraron que tuvimos la visión suficiente. En el Congreso de Chile están los discursos de la izquierda señalando la responsabilidad de la reacción y la derecha y fustigando lo que ha sido siempre penoso y duro para Chile: el que haya chilenos dispuestos a servir al capital extranjero antes que al interés nacional. Por eso es que no nos extrañó que después se haya tenido que recurrir -cuando sólo quedaba en pie la Anglo Lautaro, ya que la de Tarapacá y Antofagasta habían quebrado y la oficina Victoria estaba a cargo de la CORFO- a crear la SOQUIMICH, la Sociedad Química y Minera de Chile, que hoy día está en funciones. Quiero señalar que esa Sociedad significó también un error, cuando el Gobierno tuvo que aportar 15 millones de dólares y la Compañía Anglo Lautaro 25 millones. Pero al mismo tiempo, como el pasivo y el activo de la Compañía Anglo Lautaro alcanzaba a 49 millones de dólares, el Estado chileno ha emitido, pagaré por la cantidad de 25 millones de dólares, y que van a hacerse efectivos a partir del año 1974, sobre la base de un interés de menos de un 4, 2 por ciento, es decir, que ya estaba en camino un balance que conocían los directivos de la Anglo Lautaro. Dijeron que esa empresa iba a perder 5 millones de dólares y perdió 9. En el ejercicio del año 68-69 la SOQUIMICH perdió 9 millones de dólares y en el del 69-70 perdió 13 millones de dólares. Esta es la realidad y si bien es cierto que en junio del año pasado el propio gobierno de Frei disminuyó las increíbles rentas que tenían los administradores de estas empresas, donde había gerentes, subgerentes, supergerentes y gerentillos que desempeñaban las mismas funciones y ganaban dólares. También es cierto que quedaron sueldos fabulosos y muchos chilenos recibiendo remuneraciones en dólares y viviendas en Chile, en Santiago, y no viniendo jamás a la pampa.

Auténticamente nuestra

Cuando he señalado estas cosas es porque quiero que se entienda, entonces, que cuando esta empresa perdió, entre enero y abril del año pasado, su capital y la Anglo Lautaro entregaba acciones negándose a aportar un centavo más, ha sido el Estado chileno, a través de la CORFO, el que ha estado subvencionando a esta empresa. Por lo tanto, podemos decir que el Estado chileno es dueño del 65 por ciento de las acciones y quedan pendientes los pagarés que tienen el aval de la CORFO y que deben pagarse a partir, como lo decía, del año 1974. Por eso es que nosotros, el que habla, ha conversado largo con su compañero de siempre, el Gerente General de esta empresa, Miguel Labarca. No hemos hablado, como en el caso del cobre, de una nacionalización, porque en la esencia y en el hecho esta compañía está en manos nuestras, en manos de Chile. El problema está en la deuda, en el compromiso, en el deber con los pagarés que tenemos y que lógicamente nosotros pensamos negociarlo, economizando millones de dólares frente a la realidad que estamos confrontando. Por eso no hemos hablado en el lenguaje similar al que hemos hecho con el cobre, pero cada hombre y cada mujer de la pampa debe tener conciencia cabal y clara, entonces, de que nosotros, los chilenos, con la obligación que he dicho que tenemos que cumplir y que tratamos de negociar, somos los que tenemos la responsabilidad absoluta de esta empresa, y que la CORFO al entregar aportes que van a sumar solamente este año cerca de 35 millones, está subvencionando en el hecho la posibilidad de que el salitre defina posiciones, lo hemos dicho y es cierto, en la Pampa salitrera hay más trabajadores de los que se necesita para los niveles de producción que hoy día se han alcanzado.

Nosotros no pretendemos, y no lo haremos, aumentar la cesantía y eliminar trabajadores, por eso hemos planteado y hemos encontrado la respuesta en ustedes, producir en relación con los 11 mil trabajadores de la pampa. Llegar al millón de toneladas de salitre y hacer mil toneladas de yodo, única manera no sólo de justificar el que haya un número crecido de obreros, sino también única manera de defender el porvenir de esta empresa, que es ahora y será siempre auténticamente nuestra.

Clarificado este aspecto interesa que los trabajadores entiendan que las relaciones de trabajo han cambiado fundamentalmente.

Son los trabajadores los que tienen representación en el directorio y el resto de los directores representa a organismos estatales, vinculados con el proceso de desarrollo de esta industria, en esta etapa entonces, cada uno de ustedes debe entender que los funcionarios que hay aquí, que los funcionarios en general del sector público no representan hoy día la vieja concepción de un estado burgués al servicio de la clase minoritaria, sino que representan al pueblo que ha alcanzado el gobierno y que camina para conquistar el poder.

De allí entonces, que sea indispensable que cada empleado o que cada técnico valorice lo que su aporte debe significar para que esta empresa pueda romper el cerco de caos económico a que ha sido llevada por los malos manejos de los que representaban intereses particulares hasta ayer.

Servir a Chile

Es indispensable entonces que cada trabajador del salitre sepa que las pampas salitreras y SOQUIMICH pertenecen a Chile y al pueblo y por lo tanto, que las relaciones de trabajo entre los directivos de esta empresa y los obreros no son las relaciones de ayer, entre los que representaban una clase explotadora y explotada, son las relaciones entre compañeros, como son las relaciones entre gentes que tienen tareas distintas, pero una misma obligación: servir a Chile. Por eso es que yo me siento satisfecho de los planteamientos que ha realizado el compañero Gerente General de esta Empresa, porque con lo que ha hecho, está demostrando las consecuencias de toda su vida, luchando siempre por la izquierda, para hacer posible la victoria del pueblo y sobre la base de la victoria del pueblo y de la gran responsabilidad creadora del trabajador chileno.

Por eso es que debo insistir, compañeros, en que nosotros no nos hemos precipitado en esta empresa, ni en ninguna otra de las filiales de la CORPO, en una actitud proselitista política que implique negar la capacidad de los técnicos o los profesionales especializados.

No vamos a consagrar granjerías o ventajas económicas extraordinarias. Pero lo hemos dicho muy claramente al país, nadie ganará un dólar viviendo en Chile y siendo chileno; hay un tope de 20 sueldos vitales, como máximo para la administración pública. Le hemos pedido al Congreso la posibilidad de remunerar en forma más alta a los técnicos y profesionales, que efectivamente merezcan por su capacidad y trabajo una mayor remuneración. Pero eso no significa que vayamos a aceptar imposiciones ni tolerar que haya gente que piense que sus interese particulares están por sobre los intereses de Chile y del pueblo. Tampoco creemos que no entiendan un lenguaje de equidad y patriotismo, que es el que habla el Gobierno Popular. Yo sé que hay técnicos y profesionales que seguirán trabajando, porque saben que al trabajar junto con los obreros, con un nuevo espíritu y una nueva mentalidad, están trabajando para el progreso de Chile, por el avance y por el progreso de la Patria.

Producir más

Compañeros, hay que pensar lo que representa el salitre: en esencia, permite que la tierra produzca más y mejor.

Necesitamos, entonces, que el salitre llegue como abono al agricultor pequeño y mediano de Chile, porque necesitamos que la tierra rinda más. Chile es un país en donde por la extensión de las tierras cultivables, podrían vivir 25 o más millones de personas. Somos 10 millones y tenemos que comprar todos los años carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite. Gastamos 140 o 160 millones de dólares para traer desde el extranjero, alimentos que la tierra chilena debería producir. Entonces, un factor importante para que la tierra produzca más, es la Reforma Agraria en que estamos empeñados.

Para que el campesino, con un nuevo espíritu, comprenda y sepa que va a trabajar la tierra no sólo para alimentar a los suyos, que va a trabajar la tierra para que los productos de la tierra lleguen a su mesa, sino que la va a trabajar para que el resto del pueblo pueda alimentarse. De allí que es importante que los trabajadores entiendan la dimensión nacional de su tarea. Lo que hace el campesino en la zona central sur o en el norte chico, representa un esfuerzo y lo representará sobre la base de la Reforma Agraria, que cambiará la tenencia de la tierra, que incorporará la semilla, el abono y la técnica, al trabajo del campo, lo que es ventaja para ustedes. Lo que hagan ustedes significará ventaja extraordinaria para el pequeño y mediano agricultor y para todo el campesinado chileno.

Significará aporte para que haya alimento para el resto. De la misma manera, lo que hagan los trabajadores del cobre, significará la inversión del excedente de la economía que produce el cobre, en el proceso del desarrollo industrial de Chile.

Somos, entonces, una gran comunidad y el esfuerzo realizado en un sector de Chile repercute en todo el país. De allí entonces, que el trabajo de ustedes, su esfuerzo, no sólo va a significar sacar de la postración y del fracaso esta industria, sino que levantar una industria fundamental, que es básica para el progreso de la producción agrícola chilena, vale decir, para hacer posible que Chile, algún día, produzca los alimentos necesarios, para darle al hombre chileno que trabaja lo que necesita como régimen alimenticio. De allí la gran tarea que tienen los trabajadores chilenos.

Una nueva lección

Por eso quizás ustedes en la tremenda sencillez de su clara y limpia conciencia, sencillez que no implica la limitación para entender, no midan lo que va a representar esta nueva lección que dan: producir un millón de toneladas de salitre, elevarse de las 650 mil al millón de toneladas, va a permitir por lo menos, detener la avalancha de pérdidas, que como río caudaloso, ha marcado estos 4 años de la industria, y abrirá las posibilidades para estudiar nuevas formas, porque la verdad, compañeros, es que queremos un Norte Grande distinto.

En el mundo, la ciencia y la técnica ponen ante el hombre expectativas que nosotros tenemos que utilizar. Queremos una pampa produciendo más salitre. Queremos más abonos compuestos, queremos más yodo, pero queremos también la base de una industria química pesada. No es soñar, sí acaso imaginamos, que podremos, sobre la base de la capacidad de los técnicos, y yo saludo aquí, en la tribuna, la presencia del Rector de la Universidad del Norte, que aprovechemos más la energía solar.

Yo pienso compañeros que los minerales que hay aquí, además, del cobre, el azufre, el litio, y posiblemente el uranio, serán para nosotros. Yo pienso que algún día y no lejano, un reactor atómico, permita que el agua del mar llegue para fecundar la tierra; yo sueño con que la energía de ese reactor ilumine la casa del hombre, y mueva también la máquina de la industria del norte. Yo pienso, que con sentido más amplio y latinoamericano, serán posibles las empresas multinacionales, donde Bolivia, Chile y Perú pongan un acento creador, más allá de las fronteras materiales y convirtiendo en un comienzo de realidad los sueños de los padres de la Patria, que querían que habláramos con voz de pueblo continental y hermano.